Igor Bezler, el "demonio" del avión derribado en Ucrania

Es el jefe de los separatistas prorrusos en Ucrania que ordenó lanzar el misil contra la aeronave de Malaysia Airlines por el que murieron 298 personas

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"Carguen, apunten, fuego". Igor Nikolaevich Bezler recitó la secuencia con una monotonía en la voz propia de cualquier otra rutina castrense. En el ejército de la Unión Soviética era un hombre feliz, pero desde que hace unos 10 años regresó a Ucrania como oficial retirado nada había vuelto a ser como antes para este veterano de Afganistán curtido en todo tipo de fuego.

Cuando el ex presidente ucraniano Víktor Yanukóvich fue derrocado en febrero pasado por las protestas, Bezler se dio cuenta de que la Ucrania en la que había nacido ya era un país extranjero para él. Y ahí sonó el teléfono, con un llamado desde Moscú en el que su interlocutor se mostraba interesado en contar con sus servicios.

El objetivo en ese momento era tomar Crimea desde dentro: soldados rusos sin sus distintivos ocuparían los puntos clave y milicias locales se encargarían de completar el trabajo ocupando los edificios estatales. Pero el resurgimiento de Bezler no terminó ahí, sino que recién había comenzado.

Cuando en Moscú observaron un video con las arengas del oficial retirado ucraniano a sus soldados, se dieron cuenta de que era el hombre adecuado para una misión que empezaba en su Simferopol natal (la capital de Crimea) y que después lo llevaría a Donetsk, la ciudad más rica de Ucrania que Rusia pretendía volver a ocupar.

En junio Bezler tal vez creyó que había tocado el cielo con las manos: fue cuando hizo que lo grabaran dirigiendo lo que parece una ejecución en una especie de garaje oscuro.

"La junta fascista de Ucrania se ha negado a intercambiar un oficial de Kiev por un miliciano que capturaron ... Esperé durante tres días, y ahora no tengo más tiempo. En consecuencia, a los señores Budik y Vasyuchenko se los ejecutará... Y si a nuestro hombre no se lo libera en una hora y media, se ejecutará a otros dos prisioneros. Y dentro de una hora y media, a dos más", decía el cuestionado ex oficial en la grabación.

Siguiendo sus instrucciones, los soldados cargan las armas, apuntan y disparan cuando su líder les dice "fuego", tras lo cual ambas víctimas maniatadas se derrumban sobre el suelo. Bezler, a quien el encuadre de la cámara mantiene a la vista en todo momento como buen protagonista de la historia, abandona la escena mirando hacia el suelo, pensando en sus asuntos y ajeno a los dos crímenes. Tan sólo una muestra de por qué lo apodan "El demonio".

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Su momento "cumbre"

El instante crucial en la vida de este "patriota" ruso llegó el pasado jueves 17 de julio. Con sus hombres perdiendo posiciones por culpa de la eficaz dupla que forman las tropas de tierra y la aviación ucraniana, Bezler vio la oportunidad de devolver el golpe derribando una aeronave de combate.

Le informaron de que un punto titilaba en el radar, volando a 10.000 metros de altitud. Y en pocos minutos un misil trepaba por el cielo despejado sobre Pervomayski, la localidad donde esa misma mañana sus hombres habían colocado una lanzadera de misiles Buk al que los seguidores de Bezler llamaban "esta preciosidad".

Hubo un estallido en el cielo: los rebeldes acababan de derribar otro avión. Bezler estaba entusiasmado por dentro cuando le informó a un agente de la inteligencia rusa llamado Vasili Geranin sobre la "gesta" de sus muchachos, según publica el periódico El Mundo.

A continuación se transcribe en forma exacta esa charla:

-Igor Bezler: Acabamos de derribar un avión. Era del grupo Miner. Ha caído fuera de Enakievo.

-Vasili Geranin: ¿Pilotos? ¿Dónde están los pilotos?

-Bezler: Partimos para buscar el avión y tomar fotografías de él. Se ve una columna de humo...

-Geranin: ¿Hace cuántos minutos?

-Igor Bezler: Unos 30 minutos.

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Niegan todo

La grabación, que los prorrusos han calificado de "montaje", fue filtrada a la prensa por los servicios secretos ucranianos y en pocas horas Bezler pasó de ser una bestia paneslava a un villano de talla mundial. Culpable del derribo de un avión comercial más letal desde la década de 1970, en un hecho que hundió la causa separatista de los prorrusos a los ojos del mundo entero, que ahora los considera como terroristas.

Entre la gente de la ciudad de Gorlovka, donde ejerce de caudillo, los vecinos saben que le llaman Bes (Demonio). Pero con el derribo del Boeing 777 le ha hecho honor a otra fama que tiene en círculos más reducidos: la de ser autónomo, incontrolable y sin lealtad a nadie.

De ahora en adelante le tocará vivir con una leyenda más pesada que la de demonio: la de terrorista. Incluso para un militar como él, que desprecia la "falta de palabra y de honor" de los mandos ucranianos, no es una palabra agradable.

Está acostumbrado a devolver todo

"ojo por ojo",

como cuando

secuestró

a los agentes especiales ucranianos que en mayo

intentaron raptarlo.

Pero si Kiev barre a los insurgentes del mapa de Ucrania habrá perdido su última guerra.


<b>Un miliciano exhibe un muñeco.
<b>Un miliciano exhibe un muñeco. </b>En el avión de Malaysia Airlines <b>viajaban unos 80 niños\</b>" AFP 163