Cristina Kirchner ofreció el sábado una cena de honor al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada. Estuvieron invitados funcionarios del gabinete nacional, gobernadores, intendentes, dirigentes de la oposición, empresarios y artistas.
Como era sábado y una jornada pre final de Mundial, las presencias mermaron. Pero la imagen más llamativa fue quizás que el vicepresidente Amado Boudou compartió la mesa con el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri.
El Rutini Malbec que se sirvió durante toda la gala, no distendió la situación. Como se pudo ver, ni en la sobremesa Macri y Boodou cruzaron palabra. Ambos enfrentan complicaciones judiciales por las cueles fueron puestos en una inevitable comparación en la opinión pública.
Estuvieron rodeados por miembros de la comitiva rusa. También estuvo en la mesa el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Todos disfrutaron de una entrada de salmón, cordero patagónico glaseado y una terrina de chocolate.
Boudou fue procesado recientemente por el juez federal Ariel Lijo por los delitos de "cohecho y negociaciones incompatibles" con la función pública, en la causa que investiga el salvataje de la imprenta Ciccone.
En tanto, el líder del PRO está "procesado" en una causa por espionaje ilegal, donde se lo investiga por una red montada por el agente Ciro James para espiar a políticos y empresarios.