"Moonhattanhenge": el mejor sol y la mejor luna en Nueva York

Miles de neoyorquinos y de turistas disfrutaron de la combinación de dos fenómenos poco habituales

Compartir
Compartir articulo
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
  163
163
  163
163
  163
163
  163
163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163
 Reuters 163
Reuters 163

El llamado "Manhattanhenge", el momento en el que el Sol se alinea al atardecer con la rejilla urbana de Nueva York, ha llegado este año a la Gran Manzana acompañado de una luna llena en su fase más cercana a la tierra, un fenómeno que ya se ha bautizado como "Moonhattanhenge".

Cámara en mano, miles de neoyorquinos y de turistas disfrutaron el viernes y el sábado de la poco habitual coincidencia.

El "Manhattanhenge" -que recibe su nombre por un juego de palabras con el monumento prehistórico inglés de Stonehenge- se repite dos veces al año y permite ver el gran disco rojo "encañonado" entre los rascacielos de la ciudad antes de esconderse en las aguas del río Hudson.

Lo que es mucho menos habitual es que esto coincida con una "superluna", el momento en el que la luna llena coincide con la fase más cercana del satélite a la tierra.

  163
163

"No siempre se puede disfrutar de esto. Dos por el precio de uno", explicó la astrónoma del Museo de Historia Natural, Jackie Faherty, al canal NBC.

La coincidencia ya ha sido bautizada por algunos medios como el "Moonhattanhenge", utilizando un nuevo juego de palabras para incluir a la luna ("moon", en inglés).

Los dos fenómenos pueden disfrutarse además en solo unos minutos con simplemente girar la cabeza, mirando primero al oeste y acto seguido al este.

El Sol quedó enmarcado por los rascacielos de Nueva York poco alrededor de las 20.25 hora local (00:25 GMT del domingo) y la Luna se alzó en el otro lado de la isla poco más de media hora después.

Los mejores sitios para observar las vistas son los cruces de las calles más anchas de Manhattan, como la 14, la 23, la 34 y la 42, según los expertos.