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El vicepresidente Amado Boudou encabezó el acto central por el Día de la Independencia que, a diferencia de otras ceremonias oficiales por el 9 de julio, no se realizó en un espacio al aire libre ni se transmitió por cadena nacional.
El funcionario oficialista llegó a Tucumán a bordo del avión oficial Tango 01 junto al resto del gabinete nacional y realizó su segunda presentación pública –a causa de la faringolaringitis que afecta a la presidente Cristina Kirchner tras haber sido procesado por la causa de la imprenta Ciccone.
En un teatro ubicado frente a la Plaza de la Independencia, Boudou pronunció un breve discurso que estuvo centrado en la necesidad de lograr la "independencia económica" de los poderes concentrados, entre los que señaló a los grandes grupos financieros y mediáticos.
Tras ponerle punto final a su alocución, el vicepresidente de la Nación se quedó unos minutos sobre el escenario y saludó con una enorme sonrisa a los militantes que lo aplaudían desde las gradas. Y se animó a entonar algunas de las canciones que ya se convirtieron en un clásico del kirchnerismo.
Minutos antes de mostrarse eufórico de cara al reducido auditorio que pudo presenciar el acto, Boudou bajó del escenario y se acercó a la fila de butacas donde se encontraban los integrantes del gabinete nacional que viajaron hasta Tucumán para acompañarlo en el acto patrio.
En ese contexto llamó la atención el breve intercambio de palabras que mantuvo con el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que incluyó un frío saludo y se cerró con un fallido beso en la mejilla. Todo se pudo ver en la transmisión oficial.