La Justicia condenó a prisión perpetua a Menéndez por el asesinato del obispo Angelelli

El Tribunal Oral Federal Penal riojano ordenó que se revoque la prisión domiciliaria que goza el ex militar. También sentenció a la pena máxima al ex subjefe de la base aérea de Chamical, Luis Fernando Estrella

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La versión oficial de la dictadura asegura que el ex obispo de La Rioja Enrique Angelelli murió durante un accidente, pero la causa fue reabierta en 1984 por la Justicia riojana, que treinta años después, dio su veredicto. Las condenas contra Menéndez y Estrella fueron las primeras por el crimen de un sacerdote de alta jerarquía durante el la última dictadura.

Por la mañana, los jueces invitaron a pronunciar sus últimas palabras antes de la sentencia a los dos acusados, que insistieron en la versión oficial de que la camioneta que trasladaba al llamado "obispo de los pobres" volcó. "Fue un accidente completamente fortuito", dijo Menéndez.

Estrella coincidió con esa misma hipótesis, pero cometió un lapsus lingüístico al hablar de "el lugar del crimen", ante lo cual corrigió su relato y dijo "en el lugar del accidente".

Angelelli murió el 4 de agosto de 1976. El prelado había celebrado una misa en honor a dos curas y un catequista asesinados por la dictadura en la localidad de Chamical y estaba regresando a la capital riojana en una camioneta que él mismo manejaba. El vehículo volcó a la altura de Punta de los Llanos, sobre la Ruta 38.

El único testigo fue el sacerdote que acompañaba a Angelelli, Arturo Pinto. Dijo que dos vehículos se le cruzaron hasta que lograron que el obispo perdiera el control de la camioneta y se estrellara.

Una versión asegura que el monseñor quedó tendido en el suelo, aún con vida, y que lo remataron a golpes en su cabeza, pero no pudo ser probada, ya que Pinto perdió la consciencia tras el choque.

El jueves por la noche, el obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, celebró una misa en la catedral. La Iglesia no suele participar en este tipo de procesos, pero aceptó ser querellante en la causa.

"Angelelli no podía aceptar la sugerencia de tomar distancia, de cuidar su propio pellejo, de dejar a su rebaño. Presentía los peligros que se cernían sobre él, pero obraba movido por el Evangelio de Jesucristo en su compromiso personal irrenunciable a favor de los hombres", recordó Colombo.