El debate se suscitó en la tierra de Jesús, en el corazón de las tres religiones monoteístas más importantes de la historia: Jerusalén. Y fue protagonizada por dos líderes mundiales con influencia en sus religiones y en la política internacional: el papa Francisco y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
El encuentro tuvo lugar durante la visita del Sumo Pontífice a Tierra Santa, en una de sus últimas actividades antes de regresar al Vaticano. Allí, intercambiaron su parecer sobre la manera en que Jesús formó a sus discípulos.
"Jesús estaba aquí, en esta tierra. Hablaba en hebreo", le manifestó Netanyahu a Francisco en la reunión pública que mantuvieron en Tierra Santa, en la que el líder israelí citó una fuerte conexión entre el judaísmo y el cristianismo.