Las dudas que plantea el viaje de Kicillof a París

Los puntos que aparecen como conflictivos son la elección de un auditor de las cuentas públicas, el monto consolidado de deuda total y la forma de pago. El 21 de enero el Club de París fijó las pautas para comenzar a negociar la salida del default que se arrastra desde 2001

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 Télam 162
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En ese entonces se decía que el gobierno de Cristina Kirchner debería aceptar someterse al análisis de sus cuentas públicas a través de una misión del FMI prevista en el "artículo IV" de la Carta Orgánica del organismo, pero luego de pasados casi cuatro meses hay grandes dudas que subsisten y que se plantean en este nuevo viaje de Axel Kicillof a París. La primera es a cuánto llegará la deuda total consolidada con esos acreedores.

El último dato dado a conocer para el Ministerio de Economía totaliza un total de u$s7.585 millones de capital, sin contar los intereses corridos desde el default de 2001. Éstos llegarían a unos 4.000 millones de dólares. Por lo tanto, si se suma ese valor, el saldo llegaría a superar los 11.500 millones de dólares.

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La segunda incógnita está centrada en cómo será la propuesta de pago del Gobierno. Hace dos semanas Infobae adelantó que una de las alternativas que estudia Kicillof es pagar una parte de la deuda con bonos el estilo de la "solución Repsol". Esta consiste en un menú de bonos que incorporaría el Bonar 24, que paga todo a su vencimiento y que hoy se negocia con una tasa interna de retorno del 11% anual. También podrían utilizarse Boden 2015 y Bonar X.

Una alternativa de pago sería imitar la solución Repsol

Otra de las posibilidades es que se acuerde un descuento de hasta el 25% sobre el monto de los intereses adeudados, como sucedió con el pago a 5 empresas privadas en octubre del año pasado por juicios en el CIADI que tenían sentencias favorables por unos 670 millones de dólares.

Pero la gran duda es si las autoridades del Club de París aceptarán los títulos públicos como parte de pago. Estos bonos podrían venderse rápidamente en el mercado internacional, como hizo Repsol la semana pasada, pero al tratarse de un pool de naciones, esa determinación exigiría consenso entre los acreedores.

Esta opción sólo sería factible en caso de que el Gobierno se comprometa a realizar un pago en efectivo y con un plan de pagos que se podría estirar hasta 24 meses de acuerdo a lo que han manifestado las autoridades económicas.

Núcleo de negociadores

El encargado de discutir, eventualmente, un acuerdo con el Club de París, será el ministro de Economía Axel Kicillof junto al secretario de Finanzas, Pablo López, quienes han dejado fuera de la negociación al ex ministro Hernán Lorenzino pese a que dos hombres que les responden como Adrián Cosentino y Matías Isasa, siguen trabajando en la Unidad de Reestructuración de la Deuda.

Hay que recordar que por el momento la necesidad de contar con una fiscalización aprobada dentro de los lineamientos del "Artículo IV" del FMI continúa vigente. El Club de París tiene esta condicionalidad en su estatuto, y desde los primeros contactos serios para regularizar la situación, que en agosto del 2008 llevó a cabo el entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa, y luego a mediados del 2010 Amado Boudou como ministro, se mostró inflexible en este punto.