Dura respuesta de La Cámpora a la Iglesia: "No estamos en el 55, el 76, el 89 ni en el 2001"

José Ottavis y Eduardo "Wado" De Pedro, figuras de la agrupación que integra Máximo Kirchner, reaccionaron enojados por el documento emitido por la Conferencia Episcopal, que calificó a la corrupción como un "cáncer social"

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 Adrián Escandar 162
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 DyN 162
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La respuesta de Ottavis y De Pedro llegó durante una conferencia de prensa de la nueva conducción del PJ, de la que también participaron el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el gobernador de Jujuy y flamante titular del justicialismo nacional, Eduardo Fellner.

Al ser consultados sobre el documento de la Conferencia Episcopal Argentina, en el que advirtió que la Argentina está "enferma" de una "violencia cada vez más feroz y despiadada", Ottavis, uno de los fundadores de La Cámpora y vicepresidente de la Cámara baja, tomó la palabra. "La Argentina no está enferma. Sí vivimos una Argentina enferma de violencia en el 55, en el 76, en el 89 y en el 2001", opinó, recordando así dos golpes de Estado apoyados por la Iglesia y dos salidas anticipadas de gobiernos democráticos.

Luego de la conferencia, se explayó. "Seguramente al país le faltan cosas para tener una salud completa. Pero después de haber superado todo eso, es bueno acordarse lo que es de verdad una Argentina enferma de violencia, para no volver a cometer esos errores", sentenció.

Por su parte, De Pedro insistió sobre la misma idea: "No se puede decir que la Argentina está enferma de violencia, como si esto fuera el 55 o el 2000, cuando estábamos todos en la calle", sostuvo.

Y aunque reconoció que no leyó el documento, juzgó: "La Asignación Universal, como otras medidas, son medidas para que nuestro pueblo sea más digno. Hay cuestiones que faltan, pero la violencia tiene que ver con un montón de cosas, como ocurre en Estados Unidos".

En su conferencia de prensa matinal –unas horas antes de que se publicara el documento pero con su contenido ya conocido– a Capitanich le preguntaron por la inseguridad, que se llevó buena parte de las críticas eclesiásticas. El jefe de Gabinete dijo que hay una "acción deliberada para transferir toda la responsabilidad a la Presidente", aunque la mayoría de las críticas apuntaron a la oposición.