Se quebró el sindicalismo opositor: Micheli se adelantará y marchará solo a Plaza de Mayo

Con una agenda propia, el líder de la CTA adversaria al Gobierno ratificó que se movilizará el 8 de mayo al Congreso. Moyano y Barrionuevo habían convocado a movilizar contra la inseguridad seis días después

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 Nicolás Stulberg 162
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Télam
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La alianza de hecho entre las centrales obreras opositoras duró poco. Todavía ni se cumplió un mes del paro convocado del 10 de abril, y ya sus protagonistas adoptaron estrategias distintas sobre cómo seguir la pelea por -se presupone- las reivindicaciones del movimiento obrero. Dos movilizaciones separadas, con dos agendas diferentes.

"Ya tomamos la decisión", dijo esta mañana Pablo Micheli al ratificar que la CTA que conduce realizará una marcha el próximo 8 de mayo. La convocatoria arrancará desde la Casa de la Provincia de Buenos Aires y concluirá en el Congreso de la Nación, donde se presentará un proyecto de reforma de la Ley de Asociaciones Sindicales, la norma macro que regula la actividad, alcance y representatividad de los gremios.

La propuesta recoge un reclamo muy sentido por parte del sindicalismo que nació en los años 90 y que pretende consolidar su lugar en el mapa político-gremial. Busca la democratización de las entidades sindicales, que instaure reglas de juego participativas y ponga coto al verticalismo peronista dominante.

"El 8 de mayo se va a presentar el diputado Víctor de Gennaro con un proyecto para modificar la Ley de Asociaciones Sindicales en base a fallos de la Corte. Es una ley que hemos elaborado distintos delegados de la CTA de todo el país", precisó en diálogo con radio La Red el secretario general de la central obrera.

Ademas, el gremialista aseguró que aprovechará la protesta para llevar "al Congreso el rechazo de la ley antipiquetes", en referencia a la iniciativa de la legisladora del Frente para la Victoria, Diana Conti, luego de que la presidente Cristina Kirchner convocara en la apertura de las sesiones del Parlamento a las fuerzas de la oposición a colaborar con la restricción de los cortes de calle, avenidas, rutas y autopistas.

"Hay muchas ganas del Gobierno de ponerle frenos a la protesta social", definió Micheli.

El perfil de la marcha de la CTA se diferencia diametralmente de la convocada seis días después el 14 de mayo por el jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, y el gastronómico Luis Barrionuevo. Lejos de las reinvindicaciones propias, el camionero imprimió a la movilización un contenido más político al reclamar por "la inseguridad, la inflación y la desocupación", y llamar a participar a "todos los hombres y mujeres de buena voluntad sin distinciones gremiales".

Ayer, Micheli precisó que esperaba tras la huelga de abril medidas de fuerza más contundentes que las planteadas por los dirigentes cegetistas, como un paro de 36 horas, y se diferenció de sus pares. "Ni yo personalmente, ni el contenido ideológico de la CTA tiene que ver con el de la CGT", afirmó.