Despidos y suspensiones: el nivel de actividad afectó al empleo en los primeros meses del año

A pesar de lo que marcan las cifras oficiales, en algunos sectores el mercado laboral se vio claramente dañado por las últimas medidas del Gobierno. Según un estudio, creció la cantidad de empresas que planean reducir sus dotaciones

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¿Qué tan cierta es esa "estabilidad" que esgrime el gobierno nacional al hablar del nivel de empleo de los últimos meses? ¿Cuán creíbles son las cifras oficiales sobre la desocupación? Una serie de hechos concretos y estadísticas marcan que la desaceleración económica, el ajuste y la devaluación sacudieron cientos de puestos de trabajo desde el mes de enero hasta hoy, y el panorama laboral podría tornarse más inestable de cara al segundo semestre de 2014.

Empresas de diversos rubros están decididas a reducir sus plantillas de empleados. De hecho, muchas ya comenzaron a hacerlo. Son varios los rubros en los que hubo despidos masivos, suspensiones, adelantamiento de las vacaciones y retiros voluntarios por bajas en las ventas y/o en la producción.

Desde Sel Consultores, una firma que elabora encuestas continuas sobre gestión competitiva de Recursos Humanos en 150 empresas líderes, señalan en su estudio más reciente que aumentó la proporción de compañías que esperan disminuir sus dotaciones de empleados, pasando del 9 al 15 por ciento en un año.

"Hubo un crecimiento del 6 por ciento. Cuando en general ese porcentaje es de una sola cifra, pasó a tener dos", señala la directora de Sel, María Laura Calí, en diálogo con Infobae.

En algunos sectores ese número se potencia notoriamente. "En las empresas que se dedican a fabricar bienes durables el porcentaje que planea disminuir su plantel llega a un 23 por ciento, y las de consumo masivo a un 18%, cuando un año atrás se ubicaba en un 12% y un 6%, respectivamente. Es decir, las compañías vinculadas a la producción son las que están más afectadas por esta tendencia", remarcó.

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La primera gran secuela inmediatamente posterior al volantazo de Axel Kicillof y equipo se dio en el mes de febrero, cuando la empresa de telefonía Nextel dejó en la calle a 150 personas en una sola maniobra.

El sector automotriz tomó la posta. Y aunque en un principio el secretario gremial del Sindicato de Mecánicos y afines del Transporte (SMATA), Gustavo Morán, intentó minimizar el tema afirmando que no existía una crisis en el sector, a los pocos días se conocieron datos alarmantes que luego se verían reflejados en las fábricas: en febrero, la venta de vehículos 0 km se redujo en un 11% respecto de igual mes de 2013. Con el enfriamiento de un mercado que venía en alza, llegaron muy malas noticias para los trabajadores, que son, en la inmensa mayoría de los casos, los que "pagan el pato".

En la autopartista francesa Treves, cuya planta en Argentina está ubicada en la localidad bonaerense de Luis Guillón, hubo una veintena de despidos escalonados desde enero hasta abril, amparados en "causas inventadas", según los afectados, que además denuncian la pasividad del sindicato. Sin embargo, esta fábrica de alfombras para la marca Toyota accedió al programa de Recuperación Productiva, un aporte de 1500 pesos mensuales no remunerativos que el Estado otorga a cada trabajador de la planta durante un año para actualizar los salarios, a cambio de que la empresa se comprometa a no despedir empleados.

En la planta que la empresa Volkswagen tiene en Pacheco, provincia de Buenos Aires, hubo desde fines del año pasado a la fecha cerca de 100 despidos, y ahora la firma planea desprenderse de otros 700 operarios. Directivos de la automotriz alemana y el SMATA iniciaron negociaciones para llevar adelante la reducción de personal, bajo el argumento de que la empresa está golpeada por la merma de la producción a raíz de la caída de las ventas. El secretario general del gremio, Ricardo Pignanelli, adelantó que el plan que se discute contempla la apertura de un esquema de jubilaciones anticipadas de 300 trabajadores (abarcaría 150 casos de personal mayor de 65 años y otros 150 de mayores de 62 años) y un programa de suspensiones rotativas de otros 400, con la garantía del cobro del 75% de los salarios.

En sintonía, Peugeot y Citroën decidieron paralizar la actividad esta semana en la planta de Villa Bosch, por lo que sus casi 3.000 operarios fueron suspendidos hasta la semana que viene y cobrarán el 65% de sus salarios. Lo mismo hizo la fábrica de camiones italiana Iveco, que suspendió a unos 500 trabajadores hasta el próximo lunes en Córdoba. Renault ya había hecho lo propio la semana pasada.

El diputado bonaerense del Frente de Izquierda, Christian Castillo, recordó que la empresa Volkswagen junto a las demás del sector "vienen de años de ganancias millonarias". "Ahora pretenden con la excusa de caídas en la producción hacer pagar los platos rotos a los trabajadores", remarcó. "Suspensiones, cesantías, retiros anticipados, despidos: todo vale para estas empresas a la hora de cargar la crisis sobre las espaldas de los obreros", declaró el legislador de las filas del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).

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Calí señala respecto de sus estadísticas que si bien hoy marcan una "tendencia", muy probablemente se traduzcan en hechos, porque en general en estas empresas está todo pautado de antemano, ya que se manejan con presupuestos y políticas consensuadas previamente por sus directores. "En el tipo de corporaciones que nosotros consultamos, en su mayoría multinacionales, cuando se baja una línea de reducción de empleados la empresa quiera o no lo tiene que hacer. No es lo mismo que una pyme, que se maneja más sobre el día a día", advierte.

Pero además, agrega, no solamente aumentó la proporción de compañías que van a disminuir sus dotaciones, sino que también decreció la cantidad de aquellas que piensan aumentarla. "Un 19 por ciento cree que tomará empleados, un 15 por ciento espera disminuir su dotación, y el resto calcula que se mantendrá igual", sostiene Calí.

En el rubro alimentación hay un caso que se coloca por fuera de la supuesta normalidad de la que presume el Gobierno. Un total de 55 empleados fueron despedidos de Calsa, una empresa de la multinacional inglesa ABF (Associated British Foods) dedicada a elaborar harinas, aditivos y otros productos para panificadoras. La marca es conocida a nivel doméstico por la levadura en cubo que suele ofrecerse en cualquier almacén o supermercado. El conflicto, que viene desde hace meses, se inició con una primera tanda de ocho cesanteados a la que luego se sumaría el resto. La planta, ubicada en el barrio de Monte Chingolo, partido de Lanús, estuvo paralizada durante 10 días por una protesta de los empleados, pero volvió a funcionar después de que el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, que venció el pasado 24 de abril.

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Para el sector metalúrgico la situación no es mejor. La seccional de la Unión Obrera Metalúrgica de Córdoba (UOM) reportó más de 60 despidos en lo que va del 2014. Y advierten que las suspensiones no solo afectan al sector automotriz, donde se acusa un impacto mayor.

Varias empresas ya comunicaron que podrían llevar adelante el procedimiento preventivo de crisis, lo que les abriría la puerta para más despidos. El secretario general del gremio en esa provincia, Rubén Urbano, indicó que las terminales comenzaron a reprogramar los turnos de los operarios.

A su vez, la merma en las ventas minoristas se sintió fuerte en todo el país, pero en especial en las provincias de San Juan, donde el Sindicato de Comercio denunció 100 despidos en los últimos dos meses. En Mendoza capital, el titular de la Cámara de Comerciantes del Microcentro, Alberto Mintzer, señaló que la actividad cayó "7%, en enero; 6%, en febrero; y 8%, en marzo", a lo que se agrega el hecho de que gracias a la inflación "los costos han aumentado un 40%". El panorama, a los ojos de Mintzer, se presenta complicado. "Ya empezaron los despidos y va a haber más", advirtió. En Misiones, todo indica que muchos empleados correrán la misma suerte. Según reveló el Informe de Coyuntura Comercial de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas (CCIP), el 18% de los trabajadores del rubro cree que disminuirá su cantidad de empleados.

"Tampoco es que hay una expectativa de que todas vayan a disminuir sus dotaciones, pero se acelera la tendencia. Si bien no es un hecho efectivo, estos datos ponen de manifiesto algo que veníamos viendo desde el año pasado, que tampoco fue bueno", aclara Calí.

La visión oficialista, mucho más optimista

Distinta lectura hace el diputado nacional oficialista Héctor Recalde, quien señaló a Infobae que no ve una destrucción del empleo ni cree que se esté corriendo ningún riesgo, sino que, por el contrario, estamos gozando de "un crecimiento más lento".

"La realidad es que la desocupación está en 6,4 por ciento", señala Recalde basándose en las estadísticas del Indec sobre el último cuatrimestre de 2013. Para el legislador, este nivel de empleo "se está manteniendo en el tiempo". Y confía en que, "con las medidas que se están tomando, posiblemente crezca".

Si bien reconoce que "no hay dudas" sobre los problemas que afronta la industria automotriz, cree que tienen que ver exclusivamente con "las políticas económicas adoptadas por Brasil". "Es lógico que el sector tenga dificultades", dijo el legislador del Frente para la Victoria, aunque indicó que esto "viene de fines del año pasado, cuando se dieron una serie de ajustes de precios que se intensificaron en enero, y que estuvieron acompañados por una corrida cambiaria".

Para el diputado todo eso ya es parte del pasado, porque la situación actual es otra: "Se está serenando la cosa, aumentaron las reservas, el dólar oficial quedó quieto en los ocho pesos y el ilegal bajó. "El coletazo ya pasó, pero si uno genera expectativas negativas e irreales, condiciona la evolución de la economía", sostuvo el ex asesor de la CGT.

La percepción de realidad o irrealidad bien podría ser otra para aquellos que lamentablemente se quedaron o se quedarán sin empleo, que aunque no son una mayoría, podrían ser más que los que lo padecieron en 2013. "No creo que haya una debacle -responde la directora de Sel-, pero hay una posición de reducir todos los costos que se puedan. Claramente no estamos en una etapa de generación de empleo. Por el contrario, encontramos una situación de stand by en la que las empresas no quieren hacer demasiados movimientos, y si pueden implementar alguna medida que ayude a disminuir los costos, la aplican".