Cómo es por dentro el "acampe villero" instalado en el Obelisco

Infobae recorrió el campamento montado en pleno centro porteño y habló con las personas que llevan a cabo la protesta. Qué reclaman. De dónde sacaron la carpa

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Infobae recorrió el campamento montado en pleno centro porteño y habló con las personas que llevan a cabo la protesta. Qué reclaman. De dónde sacaron la carpa
 Adrián Escandar 162
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En el comienzo de la semana los porteños se sorprendieron con una postal del Obelisco diferente a la habitual: una enorme carpa instalada por la Corriente Villera Independiente en la tradicional Plaza de la República. Los habitantes de los asentamientos de la Ciudad eligieron esta modalidad de protestas para reclamar "una solución habitacional".

Infobae recorrió el campamento montado en pleno centro porteño y habló con quienes llevan a cabo la medida. La organización que encabeza la protesta agrupa, entre otros, a los habitantes de las villas 21-24, Zabaleta, 1-11-14, Bajo Flores y Ciudad Oculta.

Federico dice estar harto de que lo cataloguen como "negro y delincuente" por vivir en un asentamiento de emergencia. Abandona por unos minutos la carpa y enfrenta a la cámara de Infobae para enviarles un mensaje a aquellos que lo discriminan. "Los que estamos acá en el Obelisco, exigiendo que se respete nuestro derecho a tener una vivienda digna, somos los albañiles que construimos los edificios, los costureros de la ropa que cada uno tiene puesta y los que limpiamos las oficinas y los hospitales. Es hora de que dejen de vernos como chorros y empiecen a tomarnos como trabajadores".

 Adrián Escandar 162
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"Nos instalamos en este lugar para que la sociedad sepa que en la Ciudad hay vecinos que no tienen agua ni cloacas y que muchos se mueren porque en algunos barrios no entran las ambulancias", reclama con tono firme este habitante de la Villa 21-24 de Barracas, integrante de la organización que le exige al gobierno porteño que "declare la emergencia habitacional y urbanice todos los asentamientos de la Ciudad".

Mientras Federico detalla los problemas que sufren los habitantes de las villas, la gente que pasa por la Plaza de la República mira con curiosidad la carpa celeste y blanca de 70 metros cuadrados que alberga desde el lunes a unas 50 personas. Algunos se acercan, preguntan cuál es el motivo de la protesta y luego de unos minutos acceden a ponerle la firma a un petitorio dirigido a las autoridades porteñas. Otros simplemente sonríen para la (auto) foto y siguen su camino.

 Adrián Escandar 162
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"Yo esperaba otra reacción de la gente, un discurso más reaccionario; por suerte, sucede todo lo contrario", cuenta Virginia. Y la afirmación gana veracidad de manera inmediata: la mayoría de los ciudadanos que pasan por la carpa expresa su adhesión al reclamo. Incluso una arquitecta ofrece ayuda y deja su mail para un posterior contacto; el gesto se agradece, pero de inmediato se lamenta que los gobernantes no muestren la misma predisposición.

Tras el comienzo de la protesta surgieron dudas sobre cuál es el origen de la carpa y cuál fue el sostén financiero para su instalación y mantenimiento. Un integrante de la Corriente Villera, que exige anonimato, le cuenta a Infobae: "Somos un grupo independiente que exige una vivienda digna. ¿La carpa? Es un préstamo de la Pastoral Social de Moreno, con la colaboración de la Fundación Che Pibe".

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A metros de la zona bancaria, que marca el pulso de la economía argentina, un grupo de habitantes de las villas de la Ciudad no come: al fondo de la carpa, detrás de una enorme bandera que invita a marchar "por una vivienda digna", se apilan bidones de agua y cajas de sopa instantánea de una reconocida marca, que hoy –y al menos durante una semana– son el único alimento de las ocho personas (seis mujeres y dos hombres) que ponen el cuerpo para realizar una huelga de hambre.

De momento el piquete no es empleado como herramienta de presión, pero eso puede convertirse en una opción. "Si el Gobierno de la Ciudad hace oídos sordos, vamos a profundizar la protesta, porque nosotros queremos una respuesta sí o sí. Sinceramente, estamos dispuestos a todo, incluso a dar nuestro cuerpo para que nuestros vecinos vivan dignamente", advierte Federico, el mismo que se cansó de que lo llamen "negro delincuente".


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