Así fue el milagro que marcó el camino a la santidad de Juan Pablo II

La monja francesa Marie Simon-Pierre tenía Parkinson, el mismo mal que aquejaba al Papa polaco. Le rezó pidiendo su curación y un día se levantó sana sin que mediara razón científica: "Sentí una luz en todo mi cuerpo"

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La monja francesa Marie Simon-Pierre tenía Parkinson, el mismo mal que aquejaba al Papa polaco. Le rezó pidiendo su curación y un día se levantó sana sin que mediara razón científica: "Sentí una luz en todo mi cuerpo"
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"Me levanté a las 4:30 de la mañana y salté de la cama. La gente que sufre de Parkinson sabe cuánto se tarda en estar listo, necesitamos un montón de tiempo. Pero yo simplemente salté de la cama y lo extraordinario fue que me sentí completamente transformada, ya no era la misma, podía sentir una luz en todo mi cuerpo, una flexibilidad... no reconocía mi cuerpo", relata Simon-Pierre en la entrevista de Reuters que acompaña esta nota.

"Me sentí completamente transformada, no reconocía mi cuerpo"

Para esta monja de las Hermanitas de las Maternidades Católicas, que trabaja en Aix-en-Provence, el 2 de junio de 2005 es su segundo nacimiento, su "nueva vida". Le habían diagnosticado un temprano mal de Parkinson en 2002, cuando apenas tenía 39 años de edad. La enfermedad, neurodegenerativa e incurable, fue avanzando a pesar del tratamiento al que era sometida.

"Tuve la misma enfermedad que Juan Pablo y estaba muy cerca suyo espiritualmente. Siempre rezábamos por él, le rezábamos a Dios, y le pedía que me curara a través de su intercesión", explica. Marie debió dejar de atender el sector de maternidad y pasar al área administrativa: la parte izquierda de su cuerpo estaba muy afectada.

Karol Wojtila falleció el 2 de abril de 2005, justo dos meses antes de la inexplicable curación de Marie Simon-Pierre: "Pasó justo dos meses después de su muerte, y además, el 3 de junio es la fiesta del Sagrado Corazón, una celebración muy importante para Juan Pablo II, y el 4 de junio, el día siguiente, es la fiesta del corazón inmaculado de María. Juan Pablo II era muy, muy cercano a María".

El día previo al milagro, Marie le pidió a una de sus superioras que le permitiera descansar porque su cuerpo no le respondía. Ella le hizo escribir el nombre de Juan Pablo II en un papel, pero el resultado era totalmente ilegible. A la madrugada siguiente amaneció sin síntomas de su enfermedad: "Sobre todo, sentí una gran serenidad, una gran paz, una gran alegría interior".

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Marie Simon-Pierre trabaja con las Hermanas de las Maternidades Católicas en Aix-en-Provence, Francia