"Para que la instalación de Natanz alcance a cubrir las necesidades anuales de (la planta de energía nuclear de) Busher debe tener 50.000 centrifugadoras de primera generación. Actualmente, tenemos 20.000, pero sólo 9.000 de ellas en funcionamiento", dijo el presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Alí Akbar Salehí, informó hoy la agencia de noticias iraní ILNA.
"Ahora tenemos que construir 30.000 máquinas más para que la instalación de enriquecimiento de Natanz" produzca lo suficiente, dijo el responsable del programa atómico iraní.
El objetivo es dejar de alimentar la planta de Busher con combustible comprado a Rusia y alcanzar la capacidad de producir 20.000 megavatios de electricidad a través de la energía nuclear en un periodo de veinte años, precisó.
"Hasta ahora hemos producido entre siete y ocho toneladas de uranio enriquecido, pero para suministrar la planta de energía de Busher durante un año necesitamos que 50.000 máquinas produzcan 30 toneladas de uranio enriquecido. Todavía estamos a ocho años de lograr cubrir la demanda anual", señaló.
Salehí también señaló que Irán pretende reemplazar las centrifugadoras de primera generación de Natanz por otras de cuarta generación que son quince veces más potentes, informó la emisora estatal de radio iraní VIRI.
Entre los planes, está también la construcción de "cinco o seis" nuevas plantas de energía nuclear.
En cuanto al uranio enriquecido al 20% que se emplea en el reactor nuclear de Teherán, Salehí señaló que las existencias actuales podrán cubrir las necesidades durante tres años si este opera a su capacidad máxima.
Tras diez años de crisis con la comunidad internacional a cuenta de su programa nuclear, Irán trata de alcanzar un pacto que acabe con los temores que éste genera y ponga fin a las sanciones a la República Islámica.
Las principales potencias mundiales temen que Irán utilice su programa atómico para desarrollar armas nucleares, acusación que Teherán niega, al tiempo que defiende su derecho a desarrollar energía nuclear para usos pacíficos.
El pasado noviembre, Irán y el Grupo 5+1 (China, Rusia, los EEUU, Francia, el Reino Unido -los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU- y Alemania), alcanzaron un principio de acuerdo por el que Teherán limitó algunas de las partes más controvertidas de su programa nuclear a cambio de un levantamiento parcial y temporal de algunas sanciones.
Las partes se comprometieron, además, a alcanzar un acuerdo definitivo en un plazo de seis meses, a contar a partir de la puesta en marcha del preacuerdo el pasado 20 de enero.