Escándalo por acusaciones de fraude y corrupción entre socios de Lacoste, Paula y Cacharel

Una investigación ordenada desde la casa matriz de la marca del cocodrilo reunió 20 casos de estafa. Afecta a marcas y licencias de lujo con una facturación millonaria

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La relación comercial entre dos personas que se definían como "compañeros de ruta" terminó en un escándalo legal por acusaciones de fraude y corrupción, que puso en la vidriera a las marcas Lacoste, Paula Cahen D'Anvers y Cacharel.

Los involucrados en esta historia se conocieron cuando el Exxel Group, propietario de las licencias de las marcas mencionadas, se quedó con la de Cacharel: Juan Navarro, titular del fondo de inversión, designó a Rodolfo "Rudy" Gotlib al frente de todas sus marcas de ropa.

El conflicto se desató -revelaron directivos del grupo al diario Clarín- cuando Lacoste de Francia "detectó signos de potenciales fraudes en las compañías". Tras una serie de investigaciones, "se reunieron antecedentes de 20 casos de corrupción".

Según la pesquisa, todos los movimientos fraudulentos estaban liderados por Gotlib y dos integrantes de su familia: su hijo Joaquín y su hermano Federico, quien se había convertido en uno de los proveedores principales de la compañía, pese a no ser parte de ella.

Las mismas fuentes precisaron que el hombre acusado de corrupción utilizaba la infraestructura de la compañía para "vender clandestinamente prendas de Polo Ralph Laurent -el principal competidor- en los free shops de la región". Este modus operandi provocó que Navarro interviniera las empresas y decidiera echar a los Gotlieb.

El escándalo es resonante porque involucra la codiciada licencia de Lacoste y afecta un negocio multimillonario: el año pasado, todas las marcas mencionadas y la inglesa Penguin, que también les pertenece y era manejada por el hombre acusado de corrupción, facturaron u$s270 millones y obtuvieron utilidades por u$s35 millones.

Para defenderse, Gotlib escribió un mail dirigido a sus colegas de la industria textil mediante el cual destacó su labor desde que comenzó como CEO de esas marcas (en agosto de 2003) que se encontraban en cesación de pagos: recordó que tuvo que convencer a bancos, a los shoppings, "al gobierno nacional y a la gobernación de San Juan para convertirlas en empresas fuertes y pujantes". En la provincia cuyana  ampliaron la fábrica de Lacoste que exporta la producción a Brasil.

Aunque no hace referencia a las acusaciones que pesan en su contra, el empresario apostó a comparar su figura con la del hombre que lo echó del grupo:  "

A aquellos que están en el mercado les resultará fácil acceder a mis antecedentes y a los del Exxel como a los de su dueño Juan Navarro Castex. Igualmente ilustrativo puede resultar consultar en Google por mi nombre y por el del Sr. Juan Navarro Castex

". Mientras tanto, la disputa continúa.