"Había jugado en el turno anterior. Nos quedamos en la bar tomando algo. Luego empezó a llover y el mal tiempo. Se sintió un estallido grande y después del susto por el ruido, vimos que empezaban a correr todos. Fue en la cancha número tres. Yo estaba en la uno", relató Walter Príncipe, un abogado rosarino que participaba del torneo amateur en el complejo deportivo en el que cayó un rayó y dejó ocho personas heridas.
Para explicar la magnitud del ruido generado por el rayo, el testigo dijo que fue igual al de la voladura del edificio del centro de Rosario, que explotó el año pasado por una fuga de gas y que dejó más de 20 muertos. "Me dio la sensación a cuando voló el edificio de la calle salta. Yo tengo el estudio a dos cuadras de ese lugar. Fue una cosa fea", remarcó Príncipe.
Príncipe reveló que en algún momento pensaron en suspender el torneo de fútbol que se llevaba adelante en el complejo deportivo. "A veces muchas veces los culpables somos nosotros mismos. Y aparte estábamos esperando el sábado para ir a jugar. Incitamos a la tragedia a veces", se lamentó. "Creo que si no aprendemos de esto es ser necio. Uno no está preparado para este tipo de cosas. Gracias a Dios que aparentemente todos están recuperados", insistió.
El hombre contó también que a tres de los jugadores afectados se les quemó la camiseta por la descarga eléctrica. "Que sirva de experiencia. Había tres muchachos que me llamo la atención porque se les quemó parte de la camiseta. Se vio como cuando se le chamusca a uno el pelo. Se veían medio oscuras, como cuando se te quema algo", agregó.
Fabián, encargado del
mantenimiento en el predio, indicó que el rayo los tomó por sorpresa: "Fue
antes de que empiece a llover. No lo esperaba nadie, porque no se veía que
fuera a caer".
El testigo, que se encontraba en el buffet, comentó que luego de que se escuchó el estruendo salió y vio que había una decena de jugadores tirados en el suelo. "Ahí empezó la desesperación", relató. Y precisó que los afectados tenían lastimaduras, las piernas adormecidas y estaban aturdidos.