Una humilde verdulería escondía un meganegocio de venta ilegal

La fiscalía acusó al dueño de pagar a manteros entre $120 y 195 por la venta de su mercadería. La red ambulante recauda $31.000 por día. Pese a esa facturación, tendrá solo una multa de 60.000 pesos

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DyN
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Una modesta verdulería localizada en el barrio de Las Cañitas, de Palermo, está sospechada de ser la punta del iceberg de un gran negocio ilegal. El Ministerio Público Fiscal denunció a su dueño, un hombre de nacionalidad peruana, de gestionar 30 puestos ilegales de venta ambulante de frutas y verduras en las esquinas de la coqueta zona.

De acuerdo a la investigación, le paga a los manteros un jornal de 120 y 195 por día. Sin embargo,  el negocio supone una recaudación total de hasta 31.000 pesos.

Resulta curioso cómo actualmente se penaliza esta infracción. El Código Contravencional porteño castiga a los gestores de venta ambulante con una multa de 60.000 pesos. En este caso, la cifra representa una suma ínfima: son dos días de venta en los puestos callejeros.

Las pruebas sostienen que los vendedores ambulantes trabajan en un área delimitada por Scalabrini Ortiz, Santa Fe, Libertador y Olleros. Están ubicados en puntos claves de gran afluencia de consumidores: puertas de supermercados, cadenas de farmacias y comercios de comidas rápidas. Compiten deslealmente: no pagan impuestos y venden a igual precio que las verdulerías oficiales de la zona.

Hace una semana, la fiscalía porteña, junto a la Policía Metropolitana, realizó dos allanamientos en los que secuestró cuadernos que explicaban el funcionamiento de la red. Uno de ellos fue en la verdulería principal, localizada en calle Migueletes; otro fue en una sucursal similar en la calle Matienzo. El último siempre estuvo cerrado al público: allí era el centro donde se coordinaba la "logística" del reparto de verduras y los pagos a la mano de obra, según el diario La Nación.

Hay tres familias implicadas en la red, todas de origen peruano. Las dos que colaboran con el dueño de Migueletes habitarían en un predio de Villa Lugano. El terreno, presuntamente usurpado, es conocido: está ubicado en el barrio Papa Francisco, donde viven otras 300 familias.

La paradoja es que estos residentes, que a primera vista parecería que tienen carencias materiales, poseen una flota de ocho camiones cuyos valores totalizan el millón y medio de pesos. Se trata de vehículos Iveco y Mercedes-Benz, con los que distribuyen la mercadería.

"La sociedad tiende a ver a los vendedores ambulantes como personas vulnerables, pero en realidad hay muchas que son explotadas por organizaciones que lucran sin pagar impuestos y que ocupan el espacio público sin permiso. Conviven en la ilegalidad. Esto se advirtió en la investigación que hicimos sobre la venta ambulante de verduras", explicó la fiscal de cámara Verónica Guagnino. La investigación fue liderada por el fiscal Matías Michienzi, con asistencia de inspectores del gobierno de la Ciudad.