Campagnoli: "Sin una Justicia independiente no se puede luchar contra la corrupción"

El suspendido fiscal se manifestó "azorado" por la manera en que se manejan algunos jueces. Habló de un "doble estándar" que en algunos casos "aprietan el acelerador y en otros preocupa la lentitud". "Enfrentar a las mafias incomoda a algunos", afirmó

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El suspendido fiscal José María Campagnoli aseguró que se siente "azorado por ver la manera en que se maneja la Justicia" y cómo en algunos casos queda en evidencia "el doble estándar, de apretar el acelerador en unos casos como el mío, cuando a uno lo ponen como opositor, y en otros es preocupante la lentitud".

"La sociedad tiene que entender que sin una Justicia independiente no se puede luchar contra la corrupción, pero sí la corrupción se puede combatir y al Poder sí se lo puede tocar", dijo, intentando rescatar algo mientras espera la fecha para el jury que podría destituirlo finalmente.

Sobre el proceso que le iniciaron en su contra y su posterior suspensión, Campagnoli consideró: "Creo que el detonante fue el caso de (Lázaro) Báez y otras cuestiones que vincularon al hermano de la ministra de Seguridad" de la Nación, Silvina Rodríguez.

"A la hora de luchar contra organizaciones criminales y enfrentar mafias, es algo que incomoda", dijo Campagnoli en declaraciones a Radio Mitre. Asimismo, comparó la función de un médico, que es la de curar, con la de un fiscal que es investigar. "Eso parece ser que no se puede tolerar en un equilibrio de poder, tienen que dominar al Poder Judicial para que siga el compás del Gobierno", lanzó.

El suspendido fiscal insistió en su teoría de que su equipo de trabajo incomoda, aunque negó haber recibido advertencias por sus investigaciones: "Nunca nadie ha tenido el tupé de llamarme ni tratar de comprometer mis investigaciones. Así es como concibo que se debe hacer el trabajo de un fiscal y así es como lo hago".

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Campagnoli se mostró respaldado y acompañado por sus colegas y recordó que "muchas asociaciones pusieron blanco sobre negro e hicieron comunicaciones muy fuertes".

Al ser consultado sobre las razones políticas de su persecución, el suspendido fiscal reiteró que él intenta enviar un mensaje para el resto de los tribunales.  "Yo creo que me pusieron en un lugar y con mi suspensión se busca disciplinar a los fiscales", afirmó.

Según él, lo que más lo preocupa "son los equipos de trabajo, los empleados, que ven con atención lo que a mí me ocurre y quieren luchar por una Justicia independiente pero tienen herramientas menores que la de un fiscal".

Así recordó cómo su fue disuelta y mandada a cargar datos a un subsuelo. "Están en una situación casi indigna de trabajo... esto da la pauta de que desmantelar una oficina que fue muy eficaz, es una pérdida para la sociedad invalorable".

Para concluir, recordó que su fiscalía resolvió más de 1.200 casos en unos pocos meses. "El caso 1201 quizás fue el de Lázaro Báez, que fue nuestro final, o un final provisorio, por decirlo de una manera".