Campanella: "Veo una bola de violencia emocional, me da miedo"

El flamante ganador del premio Goya con su película Metegol pidió una "refundación de la Argentina"

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 Adrián Escandar 162
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"Los golpes pueden hacer que una persona se convierta en más sabia, más contemplador... O puede hacer que alguien se atrinchere en sus defectos y los potencie. Yo lo que veo es una bola de violencia emocional que es de la que venimos hablando hace mucho. Y la verdad es que estoy empezando a tener miedo", declaró el director de cine Juan José Campanella en diálogo con el periodista Jorge Lanata en radio Mitre.

El ganador del Oscar con El Secreto de sus Ojos contó que está leyendo el libro de Héctor Leis Un testamento de los años 70 en donde se hace un análisis del odio en la Argentina desde sus orígenes. "Esto no empieza hace diez años, no jorobemos, y eso es algo de lo que quiero hablar".

Campanella adelantó que posiblemente la temática de su próximo film esté relacionada con la obra literaria de Leis y no con una segunda parte de su exitosa Metegol, tal como se había especulado en las últimas semanas.

     

"Tenemos que parar esta pelota de alguna manera. Creo que la Argentina necesita una refundación, porque el odio está instalado desde su fundación, y bueno... Qué se yo.. Yo me expreso con diálogos y guiones", sintetizó.

En diálogo con Rock & Pop, el director también se expresó sobre la realidad política del país. Dijo: "Lo peor del momento que vivimos es la intolerancia, que está desde hace mucho tiempo, como el escrache y la desvaloración del que piensa distinto".

"El peor insulto que te hacen es el de golpista, destituyente o amigo de la dictadura, que es algo insoportable, pero es una estrategia absolutamente equivocada" que el oficialismo decidió adoptar "con los fines de lograr una hegemonía de pensamiento" pero que terminó siendo "piantavotos".


 Télam 162
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Leis, el autor del libro citado por Campanella, es un ex montonero que hoy está alejado de la política. En una entrevista realizada por InfobaeTV días atrás, hizo una fuerte autocrítica de la guerrilla y pidió hacer catarsis como un camino hacia la búsqueda de la verdad. En este video se puede ver el reportaje completo de los periodistas Silvia Mercado y Ceferino Reato.

      Héctor Ricardo Leis- -La sociedad está con miedo para pensar-.mp4

Metegol, la película del Goya

Campanella aseguró que, para su equipo, realizar el film que anoche se consagró en Madrid fue "remar en dulce de leche" durante tres años, porque el proyecto requería una gran puesta tecnológica que no era habitual para las producciones similares que se habían realizado en la Argentina.

"Fue una experiencia que nos puso a todos a prueba. El cine en seis meses empieza y termina. Los muchachos están acostumbrados a proyectos distintos. Entonces, estar durante tres años, con doscientas personas, fue muy intenso. Durante dos años y pico no sabíamos si la película iba a salir, fue muy difícil", recordó.

A modo de ejemplo, el cineasta indicó que este tipo de películas animadas tienen un costo de 200 millones de dólares en los Estados Unidos. Metegol costó 20 millones, cifra alta para el cine argentino pero baja para las características de un producto que no tenía antecedentes en el mercado local.

Para realizar Metegol, Campanella convocó a especialistas del extranjero que, luego de un par de meses de trabajo, se retiraban convencidos de que el proyecto finalmente no podría ser publicado por falta de recursos. "Y eso te va minando la confianza", admitió.

Campanella se enteró de que había ganado el Goya en medio de su obra, Parque Lezama. Dijo que no tenía esperanzas de quedarse con el premio porque ya había pasado la hora en que supuestamente se realizaba la entrega y nadie lo había llamado... hasta que sonó el teléfono y un periodista le dio la alegría.

El director no viajó a la entrega del galardón porque no le gustan ese tipo de ceremonias. "La producción no me pagaba el pasaje y la verdad es que no viajo para recibir un premio a ningún lado, no me gusta; como hemos experimentado con el Martín Fierro, son ocasiones que dan para la tensión", repasó. Y admitió: "Si lo recibís, el pudor hace que no sepa qué decir y cada año que pasa me pongo más nervioso. Y si perdés, tenés que poner una sonrisa que no se la cree ni uno".