Enojo vaticano por informe negativo de la ONU sobre abuso infantil que parece "preparado" de antemano

El embajador de la Santa Sede expresó su "sorpresa por las acusaciones", que llegan inmediatamente después de una audiencia en la cual expuso las medidas tomadas contra la pederastia

Compartir
Compartir articulo
  163
163

"Parece que el informe fue preparado antes de nuestros encuentros. Probablemente varias ONG con intereses sobre la homosexualidad reforzaron una línea ideológica", acusó Silvano Tomasi, observador permanente del Vaticano ante el ente de las Naciones Unidas en Ginebra.

"La primera reacción es la de la sorpresa", insiste el diplomático, que mantuvo una reunión con representantes del Comité de la ONU para los Derechos de los Niños y que hoy se enfrenta a un duro informe final de ese organismo, que afirma que la Santa Sede sigue violando los derechos de la infancia.

"Habrá que esperar, leer atentamente y analizar detalladamente cuánto han escrito los miembros de esta Comisión", dijo Tomasi, con visible disgusto, a Radio Vaticana. "Pero la primera reacción es la de la sorpresa, porque el aspecto negativo del documento que han producido es que parecería casi que hubiera sido escrito antes del encuentro del Comité con la delegación de la Santa Sede, que entregó respuestas detalladas y precisas sobre diferentes puntos y no fueron citadas en este documento final o, al menos, no parecen haber sido tomadas en serio".

En efecto, el 16 de enero pasado, el embajador del Vaticano ante la ONU, Silvano Tomasi, había presentado  el informe de la Santa Sede al Comité de las Naciones Unidas de Ginebra sobre la aplicación de la Convención para los Derechos de los Niños. El Vaticano suscribió la convención en 1990 y en 2001 firmó otros dos "protocolos opcionales".

Durante la audiencia con la ONU, Tomasi enumeró las medidas tomadas en los últimos años por el Vaticano para enfrenta este problema. En particular, en 2010, Benedicto XVI agilizó aún más los procedimientos, mediante una "legislación de emergencia" que permite reducir directamente al estado laico a los sacerdotes cuya culpabilidad sea evidente. Además, Josef Ratzinger hizo mucho por cambiar la mentalidad interna en la Iglesia, mostrando con el propio ejemplo cómo ocuparse de las víctimas. Su sucesor, Francisco, ha dado muestras de seguir por este camino.

Pese a ello, la Comisión de Derechos de la Infancia de Naciones Unidas dijo en su informe que la Iglesia católica todavía no ha adoptado medidas para prevenir los abusos contra niños dentro de esa institución.  Aunque reconoce los pasos dados por la Santa Sede en los últimos tiempos para combatir la pederastia, el Comité los considera insuficientes. El informe recomienda la "inmediata" destitución de todos los sacerdotes y religiosos culpables o bajo sospecha de abuso de menores. Y su denuncia a las autoridades civiles.

El informe dice también que la Santa Sede debería entregar los expedientes de sus archivos vinculados con casos de pederastia para que culpables y encubridores puedan ser juzgados. "La Comisión está profundamente preocupada por el hecho de que la Santa Sede no haya reconocido el alcance de los crímenes cometidos, (ni) adoptado las medidas necesarias para ocuparse de los casos de abusos sexuales de menores y para proteger a los niños, y que haya adoptado políticas y prácticas que llevaron a la perduración de los abusos y a la impunidad de los culpables", dice el documento de la ONU.

En el documento se pide, además, que la comisión creada en diciembre por el papa Francisco "para la protección de los niños" siga luchando en contra del fenómeno e investigue todos los casos de abuso y "la conducta de la jerarquía católica" en su tratamiento. En el informe se lee que "debido a un código de silencio impuesto a todos los miembros del clero, so pena de excomunión, casos de abusos sexuales contra menores fueron raramente denunciados a las autoridades judiciales en los países en los que se verificaron los delitos". También critica que muchos de los responsables de los abusos hayan sido trasladados de parroquia en parroquia, con la intención de ocultar los abusos cometidos.

Insólitamente, en el documento se pide que la Iglesia modifique su enseñanza en materia de aborto, anticoncepción e identidad de género, algo que excede ampliamente el campo de acción del Comité.

La primera reacción del Vaticano, mediante comunicado de su Sala de Prensa, fue muy diplomática: "Según los procedimientos particulares previstos para las Partes de la Convención, la Santa Sede toma acto de las Observaciones Conclusivas, (que) serán sometidas a detallados estudios y exámenes con pleno respeto de la Convención en los diferentes ámbitos presentados por el Comité según el derecho y la praxis internacional, así como teniendo en cuenta el debate público interactivo con el Comité que tuvo lugar el pasado 16 de enero de 2014".

A continuación, el comunicado agrega: "La Santa Sede lamenta, sin embargo, ver en algunos puntos de las Observaciones Conclusivas un intento de interferir en la enseñanza de la Iglesia católica sobre la dignidad de la persona humana y en el ejercicio de la libertad religiosa".

Poco después, la reacción del nuncio Tomasi fue más dura. Afirmó que el documento "parecería no estar actualizado, teniendo en cuenta lo que se ha hecho durante los últimos años a nivel de Santa Sede, con las medidas tomadas directamente por la autoridad del Estado de la Ciudad del Vaticano y después en los diferentes países por las Conferencias Episcopales. Entonces, falta la perspectiva correcta y actualizada".

Monseñor Tomasi dijo que muchas afirmaciones del informe final son "incorrectas". De todos modos, aclaró que "la Santa Sede responderá, porque es un miembro, un Estado que forma parte de la Convención: la ratificó y pretende observarla", sin "anexos ideológicos o imposiciones que van más allá de la Convención misma".

Esta última referencia alude a la parte del documento en la que se pide a la Santa Sede que revise sus posiciones en materia de aborto y familia. "La Convención sobre la protección de los niños en su preámbulo habla de la defensa de la vida y de la protección de los niños antes y después del nacimiento, ¡mientras las recomendaciones que se hacen a la Santa Sede indican que cambie su postura sobre la cuestión del aborto! (...) Me parece una verdadera contradicción con los objetivos fundamentales de la Convención", agregó Tommasi.

"¡Este Comité no ha prestado un buen servicio a las Naciones Unidas al tratar de introducir y exigir a la Santa Sede que cambie su enseñanza no negociable! Es un poco triste ver que el Comité no comprendió hasta el fondo la naturaleza ni las funciones de la Santa Sede, que expresó claramente a ese organismo su decisión de sacar adelante las peticiones de la Convención sobre los derechos del niño, pero definiendo y protegiendo antes que nada esos valores fundamentales que hacen que la protección de los niños sea real y eficaz", lamentó el diplomático.

La hipótesis del nuncio vaticano es que el Comité de las Naciones Unidas cedió ante presiones externas: "Probablemente algunas organizaciones no gubernamentales (que tienen intereses sobre la homosexualidad, el matrimonio gay y otras cuestiones) presentaron observaciones y, de alguna manera, reforzaron una línea ideológica".