Un grupo armado de al menos diez hombres asaltó un hospital de la ciudad brasileña de Río de Janeiro y robó a una veintena de personas, entre pacientes, familiares y empleados que estaban en la recepción, provocando nuevas dudas sobre la seguridad en el país que se apresta para celebrar el Mundial de Fútbol a partir de junio.
El suceso se produjo cerca de la medianoche del lunes en el Norte D'Or, un hospital privado ubicado en Cascadura, barrio de la zona norte de Río de Janeiro. Los asaltantes obligaron a las personas que estaban en la recepción y en la guardia a entregar sus objetos de valor, principalmente celulares, joyas y dinero.
Cámaras de seguridad captaron el momento del asalto y muestran el ingreso de los hombres con armas de fuego al centro médico, y robando las posesiones de quienes allí estaban a su paso.
Según once afectados que acudieron a declarar y presentar la denuncia a la Comisaría de Policía, los asaltantes permanecieron menos de cinco minutos en el hospital antes de huir con rumbo desconocido en varios vehículos.
"Entraron y salieron con una facilidad increíble, como si fuese una cosa normal. Había mucha gente en la recepción esperando ser atendida. Había ancianos y pacientes con hipertensión. Todos lo pasamos mal, fueron tres minutos de terror", dijo a la televisión una de las víctimas.
La dirección del hospital aseguró en un comunicado que "lleva a cabo todas las medidas posibles para contribuir a la investigación" de la Policía y se solidarizó con los pacientes y sus familiares.
La seguridad de Brasil 2014 en la mira
Apenas unos minutos tuvieron que pasar luego que se conociese el hecho para que volvieran a escucharse voces de preocupación sobre la seguridad en el país que en cuatro meses deberá ser anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol.
Además de las movilizaciones ciudadanas en protesta por los gastos que demanda el torneo y los retrasos de la organización en relación a las obras en los estadios, la escalada de hechos violentas en las principales ciudades de Brasil han puesto en entredicho la idoneidad del país para celebrar la competencia.
A raíz del aumento de los robos registrados en los últimos tiempo, las autoridades reforzaron la seguridad en las concurridas playas de Copacabana, Ipanema y Leblon, además de enviar miles de efectivos extras en aquellas ciudades que serán sedes mundialistas. Por su parte, el jefe de la policía civil, Fernando Veloso, intentó enviar un mensaje de tranquilidad y hablar con la prensa en el día de ayer.
"En la Jornada Mundial de la Juventud vino un mar de gente, pero la policía civil fue capaz de cumplir con su tarea. Ahora, que venga el Mundial, pues ya tenemos el know-how para esa nueva demanda", aseguró Veloso.
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