Una reforma que promueve el abolicionismo penal

En opinión de especialistas, el anteproyecto de Código Penal que, por pedido oficial, redactó una comisión presidida por Raúl Zaffaroni, "demuestra el divorcio absoluto del gobernante con las necesidades de la gente"

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El texto, que no fue dado a conocer al público sobre el cual repercutirá, pero que trascendió parcialmente a través de artículos en el matutino Página 12, incluye una de las reformas más deseadas por el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni: la eliminación de la reincidencia, con el argumento de que "estigmatiza" a los más débiles.

"La reincidencia o la peligrosidad, no estigmatiza –dijo el fiscal del Ministerio Público de la provincia de Buenos Aires, Marcelo Romero, a Infobae, y subraya ese no estigmatiza- al individuo que cometió un delito, sino que lo clasifica para una mejor dosificación de la sanción penal a imponer, ilustra al magistrado actuante para hacer Justicia, y protege al ciudadano de a pie que no comete delitos ni elige el camino del crimen como forma de vida".

Hay que decir que, si bien hay disidencias en la comisión sobre este punto, y se trata de un anteproyecto, en la práctica, muchos jueces ya lo aplican; esto es, no tienen en cuenta los antecedentes del individuo condenado cuando deciden sobre la libertad condicional o sobre la excarcelación durante el juicio. Lo mismo pasa con modalidades de cumplimiento de la pena como la prisión domiciliaria con monitoreo o beneficios como las salidas transitorias. Las consecuencias son conocidas.

Un ejemplo es el caso de Soledad Bargna, violada y asesinada en el año 2009 por un individuo condenado que gozaba de salidas transitorias concedidas por el juez Axel López, o la masacre de Campana (agosto de 2008), el asesinato de Roberto Mansilla, su esposa Sandra Rabago y sus dos pequeños hijos, Agustina y Milagros, por Ángel Fernández, un hombre que se encontraba bajo régimen de libertad morigerada porque el juez no tuvo en cuenta una condena anterior por un homicidio.

En concreto, más allá de la suerte que corra este anteproyecto en el Congreso, la doctrina Zaffaroni en esta materia ya es aplicada por muchos jueces.

"Por supuesto que hay individuos peligrosos para la sociedad"

"El abolicionismo penal imperante en la República Argentina –dice, en este sentido, y no sin ironía, el fiscal Romero-, no deja de sorprendernos. Con un lenguaje propio, que adereza sus barrocos párrafos con palabras como 'agencias', 'policizaciones' y discursos 'etizados', nos presenta ahora un 'anteproyecto de Código Penal' que ya no 'estigmatiza' ni 'persigue' a los más débiles con, por ejemplo, institutos como la reincidencia y la peligrosidad".

"Intentaré -sigue diciendo Romero- con mi lenguaje precámbrico, fruto de mi formación con autores clásicos como Soler, Nuñez, Fontán Balestra, Peco, Ouviña, etcétera- algún tipo de reflexión, antes que el disenso con los abolicionistas se castigue con la expulsión del mundo forense: la reincidencia diferencia a los individuos que violan la ley penal por primera vez de aquellos que lo hacen en forma reiterada, secuencial y hasta sistemática".

Algo que parecería ir en el sentido de la lógica: si el reincidente recibe el mismo trato que el primario, no existe igualdad ante la ley. El argumento por el cual Zaffaroni viene batallando para eliminar el registro de reincidencia es que, si al juzgar a un individuo por un delito el juez tiene en cuenta un delito anterior, en realidad lo está juzgando dos veces por el mismo crimen y eso es inconstitucional. Esto implica también desconocer el criterio de peligrosidad que, en la lectura de estas corrientes, no es sino un mecanismo de estigmatización o discriminación.

"¿Que hay individuos peligrosos para la sociedad? ¡Por supuesto que sí! –pregunta y se responde a sí mismo el fiscal Romero. No es un invento de los 'dinosaurios' que los abolicionistas vienen a querer reemplazar. Hay hombres y mujeres que, por su estructura psíquica, por sus adicciones, etcétera, pueden convertirse en una amenaza para los hombres y mujeres que conviven en libertad. ¿Eso es perseguir? ¡Eso es amenazar? ¿Eso es ensañarse con los más débiles? ¡Todo lo contrario! Es proteger al débil, al que no porta armas, no roba, no viola, no mata. Al honrado".

Con el argumento –atendible- de devolverle coherencia y proporcionalidad al Código Penal, además de reunificar en un solo cuerpo un conjunto de leyes desperdigadas, el gobierno formó por decreto esta comisión que, desde mayo de 2012 viene trabajando –en llamativo silencio, considerando la magnitud de lo que está en juego- en la redacción de un nuevo Código. El anteproyecto –que ya está listo- será presentado a la presidente Cristina Kirchner en febrero. Recién entonces se conocerá la integralidad del texto que será enviado al Congreso.

"De ser cierto este proyecto con el contenido que publica el diario Página 12, se demostraría el divorcio absoluto del gobernante con las necesidades de la gente", dice por su parte el ex fiscal de San Isidro Martín Etchegoyen Lynch.


"Me cuesta creer algo tan grotesco"

"Cuando el índice de criminalidad va en franco ascenso, como sucede desde hace más de una década en Argentina, lo lógico sería que, en primer lugar, los legisladores ajustaran la ley penal, modificando penas y penalizando conductas mínimas y dificultando cualquier mecanismo de libertad anticipada de criminales condenados. Esto hace que la policía tenga herramientas para detener a más delincuentes, que el Poder judicial pueda aplicar penas que lo mantengan más tiempo fuera de la sociedad que victimizaban y que el sistema penitenciario se amplíe en infraestructura".

En su opinión, el anteproyecto es "anacrónico" y "contrario a la lógica del sistema de seguridad pública y a la del ciudadano común". Esto es así, porque "disminuye penas, elimina la reincidencia y califica de 'insignificantes' ciertos delitos".

"Mientras las sociedades castigadas otrora por el delito, como la estadounidense –dice Etchegoyen Lynch-, viven hoy en paz por los mecanismos adoptados de penalización de conductas mínimas, de aplicación de las leyes de 'three strikes and you're out' (al tercer delito el reincidente enfrenta la penalidad perpetua, cualquiera sea el delito cometido) para eliminar de la calle al delincuente habitual, aquí vamos por la senda contraria".

Otro principio que estará previsto en el nuevo código es el de que pueda obrar como un atenuante la condición social de la víctima. En los ejemplos que da el diario, "no será lo mismo el robo de 100 pesos, por caso, a alguien que gana 500 que a alguien que gana 10 mil" o "no es lo mismo robar una horma de queso de un supermercado que a un almacenero".

Consultado al respecto, el doctor Etcheverry Lynch aseguró que prefería no comentar: "Me cuesta creer que algo tan grotesco pueda existir en un Código Penal. Espero no verlo nunca vigente para tener que creerlo..."

Y el fiscal Marcelo Romero dijo: "¿Robar a un rico es más grave que robar a un pobre? Puede ser... ¡en las novelas de Robin Hood!  ¿O acaso jueces y fiscales tendremos que investigar a la víctima para saber a qué rango social pertenece y actuar en consecuencia?"

"En suma, un anteproyecto que seducirá a muchos. Que será celebrado en los diversos cenáculos del penalismo vernáculo, pero que, lamentablemente, sólo será aplicable en las burbujas ideológicas de las charlas de café pseudointelectuales...", concluyó Romero.