Polémica en San Telmo por la ocupación de una plaza

El depósito del cuidador está usurpado desde hace más de 2 décadas y unas 50 personas se sumaron al terreno hace un año. Un recurso de amparo complica el desalojo del predio. Los residentes del barrio se quejan por "batallas campales", alcohol y drogas en el lugar

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Ubicada en la avenida San Juan, entre Perú y Chacabuco, la plaza Cecilia Grierson está usurpada desde 1991 y un complicado escenario familiar y legal impide su desalojo.

Más aún, la situación del predio –ubicado a unas 13 cuadras de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad– se ha tornado preocupante para los vecinos de la zona debido a que hasta 50 personas están de paso o viviendo en él, tras haber construido precarias viviendas donde quedarse.

La plaza tiene alrededor de 2.000 metros cuadrados y, antes de ser usurpada, tenía vegetación y árboles nativos, según informa hoy el diario Clarín. Sin embargo, poco queda de eso según los vecinos de San Telmo. Un residente de la zona, llamado Alberto Martínez, describió la plaza como una "boca de lobo en la noche y grotesca imagen durante el día", al tiempo que destacó el estado de degradación del lugar.

Asimismo, Martínez relató que las distintas áreas del gobierno porteño no se hacen cargo de la situación. Así, contó, mientras que el Ministerio de Desarrollo Social dijo que solo puede dar asistencia a quienes viven en la plaza, la cartera de Espacio Público sostuvo que es un tema que debe resolver la Comuna. En tanto, continuó Martínez, si bien desde la Comuna 1 "prometieron que se iban a ocupar, al final no pasó nada".

La historia de la ocupación comenzó hace 22 años cuando Juan Domingo Jiménez ocupó junto a su familia la construcción que funcionaba como depósito y puesto del cuidador de la plaza, en donde también había baños.

La situación se complicó en la plaza Cecilia Grierson el año pasado, cuando se sumó un grupo de personas que antes vivía debajo de la autopista 25 de Mayo, sobre la calle Tacuarí, entre San Juan y Cochabamba.

Tras esa mudanza, los residentes del barrio se quejan no solo de "batallas campales" entre los habitantes de la plaza, con "piedras, chapas y botellas", sino que se lamentan por el nivel de indigencia que allí se ve.

"Es infrahumano", señala una vecina de la zona, mientras que subraya que las personas que viven en el predio toman "mucho alcohol y los jóvenes aspiran pegamento". Asimismo, otra vecina se lamentó porque, además, se ha perdido un espacio público para el barrio a la vez que no se honra la figura de la mujer que le dio nombre a la plaza, quien fue la primera médica argentina.

A pesar de que el reclamo se reitera entre los vecinos, otros también resaltan la complicada situación de Jiménez, el primero en instalarse en el predio. El hombre es diabético, al tiempo que tiene un hijo que se encuentra en silla de ruedas y un hermano con problemas mentales, según relató Gabriel Santagata, del sitio web Alerta Militante.

Jiménez hoy tiene 64 años y vive allí con su mujer, uno de sus hermanos, tres de sus ocho hijos y uno de sus 24 nietos. Cuenta inclusive con teléfono y Wi-Fi. En diálogo con el matutino, señaló que no es un usurpador, ya que fue absuelto en un juicio de desalojo en 2000 y que comprende el enojo de los vecinos por la situación en el predio. Jiménez relató que también ellos pasan malos momentos allí, porque hay "golpes, gritos, problemas".

El gobierno porteño, por su parte, indicó que cuando el Instituto de la Vivienda de la Ciudad estaba por entregar un crédito para que Jiménez pudiera comprar una vivienda, la pareja de uno de sus hijos presentó un recurso de amparo para que también le otorgaran un crédito.

Ello complicó el trámite, ya que, mientras que exista ese amparo, "la Ciudad no puede tomar dominio nuevamente de la plaza". Se calcula que la causa tomará su tiempo en resolverse en el Juzgado Contencioso-Administrativo y Tributario número 17. Mientras tanto,  el tribunal le ordenó a la administración porteña que "debe resguardar el derecho a la vivienda del grupo afectado".