Frustrados por la caída ante Lanús
que les costó además la eliminación en los cuartos de final de la Copa
Sudamericana 2013 y los marginó de la Libertadores 2014, los más enfurecidos
partidarios riverplatenses arrojaron proyectiles contra el transporte de los
jugadores, como consecuencia del revés por 3-1 ante los granates.
Previamente, las primeras
expresiones de furia derivaron en la rotura de vidrios en el hall central,
epicentro habitual de las derrotas más dolorosas para simpatizantes de la
entidad de Núñez.
De todos modos, la mayoría de los aficionados se retiraron muy disconformes por la producción del equipo, pero se limitaron a expresar en forma verbal su malestar, aunque los destinatarios fueron el presidente Daniel Passarella y los futbolistas, con escasas excepciones como el arquero Marcelo Barovero y los juveniles Matías Kranevitter y Germán Pezzella.
Además los hinchas que manifestaron su bronca en el Hall cantaron: "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo", y también contra el presidente: "Passarella botón, vos sos hincha de Boca..."