EEUU: cómo queda el mapa político tras las elecciones

Los estados de Virginia y Nueva Jersey comienzan a definir las posibilidades que tendrán los futuros aspirantes a la Casa Blanca

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El demócrata <b>Terry McAuliffe </b>celebra su triunfo en las elecciones para gobernador de Virginia AP 163
El demócrata <b>Terry McAuliffe </b>celebra su triunfo en las elecciones para gobernador de Virginia AP 163
El demócrata&nbsp;<b>Terry McAuliffe&nbsp;</b>celebra su triunfo en las elecciones para gobernador de Virginia AP 163
El demócrata&nbsp;<b>Terry McAuliffe&nbsp;</b>celebra su triunfo en las elecciones para gobernador de Virginia AP 163
<b>En</b> Nueva Jersey, el republicano <b>Chris Christie </b>fue reelegido<b>&nbsp;</b>como gobernador con el&nbsp;60% de los votos AP 163
<b>En</b> Nueva Jersey, el republicano <b>Chris Christie </b>fue reelegido<b>&nbsp;</b>como gobernador con el&nbsp;60% de los votos AP 163

Las elecciones que tuvieron lugar este martes en los Estados Unidos no sólo representaron una gran importancia para cada uno de los municipios, sino además para el armado político que se vendrá de cara a las elecciones presidenciales de 2016. Los dos Estados más relevantes en este sentido fueron los de Virginia y Nueva Jersey, donde demócratas y republicanos se repartieron victorias.

El caso de Virginia es paradigmático. En ese estado, el presidente Barack Obama ganó en las últimas dos elecciones presidenciales. Sin embargo, en 2010, el Partido Demócrata no pudo quedarse con la alcaldía.

No obstante, en las elecciones de este martes, el demócrata Terry McAuliffe, quien se desarrolló en el seno de los Clinton, se impuso sobre el republicano del Tea Party, Ken Cuccinelli, por 47,75% a 45,27 por ciento.

Este triunfo es sumamente importante para el Partido Demócrata por dos motivos principales: en primer término, Virginia es uno de los estados que mejor refleja el mapa electoral del país, y una victoria ahí representa un gran peso a nivel nacional; asimismo, el triunfo en uno de los municipios más importantes del país volvió a reflejar el fuerte rechazo de la sociedad al ala más conservador del Tea Party.

Consciente de la importancia que representaba Virginia, Obama se metió de lleno en la contienda de este estado, y elogió a McAuliffe, a quien calificó como un pensador práctico cuyo compromiso es la igualdad. En esa línea, el presidente norteamericano aseguró a los electores que un voto a favor del candidato demócrata será un voto a favor del progreso.

No obstante, el jefe de Estado también tuvo tiempo para criticar a Cuccinelli, a quien apuntó por haber apoyado el cierre administrativo del Congreso.

Por su parte, en Nueva Jersey, el republicano Chris Christie fue reelegido como gobernador con el 60% del sufragio contra 39% de su contrincante demócrata, la senadora estatal  Barbara Buono.

A diferencia de Cuccinelli, el alcalde reelecto no pertenece al ala más conservador del Partido Republicano, sino que representa un nuevo estilo de político dentro del bloque.

A pesar de la victoria en Virginia, la derrota en Nueva Jersey fue un golpe duro para el Partido Demócrata, ya que ese estado es tradicionalmente demócrata.


¿Cómo queda el mapa político?

En primer lugar, el éxito de McAuliffe puede representar un fuerte impulso para la imagen de la ex secretario de Estado, Hillary Clinton, una de las favoritas para suceder a Obama en 2016. Sin embargo, también es cierto que la esposa del ex presidente Bill Clinton tendrá algunos obstáculos dentro del propio Partido Demócrata. Uno de los que puede llegar a disputarle la candidatura es el actual vicepresidente Joe Biden.

No obstante, para 2016 todavía falta mucho tiempo. Pero este panorama a su vez refleja un desafío para el presidente Obama, quien intenta llevar adelante un difícil comienzo de su segundo mandato.

En tanto, la victoria de Christie, quien además asumirá a fin de mes la presidencia de la Asociación de Gobernadores Republicanos, seguramente lo catapultará como una de las figuras más fuertes del Partido de cara a lo que viene.

Esto, sumado a sus ya reconocidas intenciones de llegar a la presidencia de los Estados Unidos, despertará alerta en el Partido Demócrata, que en 2016 buscará no relegar el poder.