"Los Santos nos animan a no tener miedo de ir contracorriente", dijo Francisco

"No son superhombres, ni han nacido perfectos; todos estamos llamados a la santidad", dijo el Papa, que esta tarde oficiará misa en el cementerio de Roma

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"La meta de nuestra existencia no es la muerte, ¡es el Paraíso!", dijo Francisco, antes de rezar el Angelus este mediodía en plaza San Pedro.

"Los santos no son superhombres, ni han nacido perfectos. Son como nosotros, como cada uno de nosotros, son personas que antes de alcanzar la gloria del cielo han vivido una vida normal, con alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Pero ¿qué ha cambiado su vida? Cuando han conocido el amor de Dios, lo han seguido con todo el corazón, sin condiciones o hipocresías; han gastado su vida al servicio de los demás, han soportado sufrimientos y adversidades sin odiar y respondiendo al mal con el bien, difundiendo alegría y paz. Ésta es la vida de los santos, personas que (...) no han sido hipócritas, han gastado su vida (...) en servir al prójimo. Los santos jamás han odiado. Porque el amor es de Dios, pero el odio (...) ¡Viene del diablo! Y los santos se han alejado del diablo".

El Papa dio este mensaje a los fieles reunidos en el Vaticano por la solemnidad de Todos los Santo,s que en el calendario católico se celebra el 1º de noviembre.

"Ser santos -insistió- no es un privilegio de pocos. (...) Es una vocación para todos.Todos estamos llamados a caminar por la vía de la santidad. (...) Jesucristo nos muestra el camino: el de las Bienaventuranzas. El Reino de los cielos es para aquellos que no ponen su seguridad en las cosas, sino en el amor de Dios; para aquellos que tienen un corazón sencillo, humilde, que no presumen de ser justos y no juzgan a los demás, que saben sufrir con quien sufre y alegrarse con quien se alegra, que no son violentos, sino misericordiosos y tratan de ser artífices de reconciliación y de paz".

"Con su testimonio, los santos nos animan a no tener miedo de ir contracorriente o de ser incomprendidos y escarnecidos cuando hablamos de Él y del Evangelio", agregó Francisco.

También destacó el hecho de que el día de los Santos preceda al de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre: "Con sabiduría la Iglesia ha puesto en estrecha secuencia la fiesta de Todos los Santos y la Conmemoración de todos los fieles difuntos. A nuestra oración de alabanza a Dios y de veneración de los espíritus bienaventurados se une la oración de sufragio por cuantos nos han precedido en el pasaje de este mundo a la vida eterna."

A continuación anunció: "Esta tarde iré al cementerio del Verano y allí celebraré la Santa Misa, uniéndome espiritualmente a cuantos en estos días visitan los cementerios, donde duermen los que nos han precedido en el signo de la fe y esperan el día de la resurrección. En particular, rezaré por las víctimas de la violencia, especialmente por los cristianos que han perdido la vida a causa de las persecuciones. En especial rezaré por cuantos, hermanos y hermanas nuestras, hombres, mujeres y niños, han muerto de sed, hambre y fatiga en el trayecto para lograr llegar a una condición de vida mejor", dijo en referencia a las 92 personas, entre ellas 52 niños, que fueron hallados muertos en el desierto nigeriano, a unos diez kilómetros de la frontera con Argelia.

Hace 20 años que un papa no visita el cementerio Campo Verano de Roma. Francisco reanudará así  una vieja tradición papal oficiando la misa en ese lugar. Será esta tarde, a las 15:30, hora de Italia.

El sábado, día de los Difuntos, Francisco visitará otras sepulturas: esta vez, las de los pontífices que descansan en el subsuelo vaticano, entre ellos, Juan Pablo II y el mismísimo San Pedro.

Finalmente, como noviembre es el mes en el que la Iglesia católica recuerda a los difuntos, el lunes el Papa oficiará una misa en la Basílica de San Pedro en memoria de los obispos y cardenales fallecidos durante el año. 

Por la misma razón, ayer, sorpresivamente, Francisco celebró su habitual misa matinal en el altar que se encuentra frente a la tumba de Juan Pablo II.