Vivir en guerra: testimonios del horror en Siria

Tres relatos de sobrevivientes, que desde el país o fuera de él, retrataron para Infobae la crudeza del conflicto y sus consecuencias. Pesimistas sobre el futuro, dijeron: "Siria parece no tener fin"

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 AFP 163
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La señora Mouzayane Kotrache de Amarilla vive hace 5 años en Damasco debido a la enfermedad que padece su madre. Cuando le diagnosticaron Alzheimer, Mouzayane dejó a su marido y su hogar en Paraguay para asistirla en Siria.

"La embajada puede ayudarme a regresar a Paraguay a mi, pero a mi madre ¿quién la va ayudar? Es por eso que no puedo irme de aquí, no puedo dejarla, a pesar de la situación terrible que atraviesa el país", explicó la señora de Amarilla.

Para los habitantes de Damasco, la guerra se ha vuelto parte de la vida cotidiana. "Hoy cuando fui a la verdulería escuché un estruendo fuertísimo. Le pregunté al verdulero y me respondió bromeando: 'no es nada, son fuegos artificiales'" contó a Infobae Mouzayane.

Mouzayane Kotrache tienen 58 años y es ingeniera en química industrial, aunque desde que está en Damasco no ejerce la profesión. En diálogo con Infobae, se refirió a los efectos que generó la guerra en la economía: "Hay muchísima pobreza, mucha gente sin casa y sin trabajo".

"La clase alta se convirtió en clase media, ésta cayó en la pobreza, y los pobres no tienen para comer. En Siria falta todo"

"La gente de clase alta se convirtió en clase media, la clase media cayó en la pobreza, y los pobres no tienen para comer. En Siria falta todo", relató Kotrache de Amarilla.

"Yo honestamente siento que juegan con nosotros. Decían que la guerra terminaba con una solución política, pero Siria parece no tener fin", y concluyó "espero que el acuerdo de desarme sea el final de la guerra, porque me duele decir que la gente ya esta acostumbrada a ella".


Joseph Daher nació en Suiza, de donde es su madre, pero pasó mucho tiempo de su vida -aunque de forma intermitente- en Siria, de donde es oriundo su padre.

La última vez que estuvo en el país fue en diciembre del año 2010, y aunque la guerra comenzó en Marzo de 2011, en abril le prohibieron la entrada como consecuencia de su actividad política contra el régimen. "Los servicios secretos de Bashar Al Assad amenazaron a mi padre por mi actividad política".

 Reuters 163
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Consultado sobre la situación económica en el país, Daher se refirió al último reporte del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en el que se habla de 4 millones de sirios no son capaces de cubrir sus necesidades básicas.

"La vida en Siria es bastante dura en cualquier lugar que uno esté. El costo de los bienes básicos de consumo ha aumentado en un 300%. Una familia de 5 miembros ahora tiene que trabajar el triple de lo que lo hacía antes para sobrevivir. Hoy se necesita un ingreso mensual de entre US$ 905 y US$ 1200 para cubrir las necesidades básicas, mientras el 80% de los sirios no ganan más de US$ 286", detalló.

A su vez, agregó que los índices de pobreza han excedido todas las expectativas alcanzando al 80% de la población, y los índices de desempleo se ubican arriba de 55% de la fuerza de trabajo.

Joseph Daher no tiene esperanzas en el fin de la guerra, aun cuando el gobierno ha accedido a la destrucción de su arsenal químico. "La situación no ha cambiado en lo concreto. El régimen continúa su guerra contra el pueblo sirio que se opone a su tiranía. Rusia, Irán y Hezbollá siguen jugando del lado del Al Assad". 

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Él, identificado con los rebeldes sirios, reconoce como aliados únicamente a "los pueblos de la región y del mundo que se enfrentan a los regímenes de la ignorancia, la servidumbre y la explotación" y rechaza de plano lo que es conocido como la "solución pacífica": aquella que implicaría la caída de Al Assad a cambio de que permanezca todo el régimen que lo sostuvo durante estos años.

Mohammad Jaber tiene 23 años y nació en Palestina. Viajó a Siria cuando terminó sus estudios secundarios para seguir la carrera de medicina en el año 2009, y estuvo allí hasta 2012.

Mohammed asegura que dejó el país por dos motivos: "Primero que nada los miedos de mi familia; segundo, las grandes posibilidades que uno tiene de ser asesinado o arrestado por el simple hecho de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado".

"En Siria hay mucha pobreza, pero también  hay varios que disfrutan vidas esplendorosas, sobre todo Al Assad, su familia y los que trabajan para él"

"Es cierto que en Siria hay mucha pobreza, y más aún con la guerra, pero también es cierto que hay varios que disfrutan vidas esplendorosas, y en la mayor parte de los casos se trata de Al Assad, su familia y los que trabajan para él"

A pesar del hermetismo, asegura que recién dos años después de vivir allí empezó a escuchar a gente pidiendo un cambio, sobre todo en la universidad. "Me sorprendió escuchar estas posiciones repentinamente, hasta que me di cuenta que fue solo cuando se convencieron de que yo no era un agente secreto que me confiaron sus verdaderas opiniones sobre la situació", afirmó.

En relación al proceso de desarme que ha comenzado con una misión de la OPAQ para la  destrucción del armamento químico, Mohamed se mostró escéptico: "Más de 120 mil sirios fueron asesinados con armas tradicionales, muchos de ellos torturados, y todo sin la ayuda de las armas químicas. Sólo un poco más de mil personas fueron asesinadas haciendo uso de este tipo de armamentos, por lo que lo más probable es que la guerra continúe aún sin ellas".

"Al Assad todavía tiene sus tanques, su fuerza aérea y el apoyo de Hezbollah, y ni para él ni para los rebeldes ha cambiado algo en la situación", concluyó Mohammed.