Si Luis Hilario Scolari, empresario vinculado a una de las sociedades del entorno de negocios de Amado Boudou, no se presenta a declarar ante el juez Ariel Lijo hoy a las 11 de la mañana, puede llegar a ser detenido por la policía.
Es que Scolari tenía que declarar la semana pasada en la causa en la que se investiga el enriquecimiento ilícito del vicepresidente pero, según explican en Tribunales, presentó un escrito por el que pidió posponer la declaración. Scolari ya se había presentado ante Lijo en agosto pasado. En aquella oportunidad no dio ningún indicio de situación alguna que pudiera comprometer al vicepresidente o a sus testaferros bajo investigación.
Es que Scolari aún mantiene el 20 por ciento de las acciones de la empresa WSM. El resto de las acciones pertenece a José María Núñez Carmona, amigo, socio y compañero de largas noches marplatenses de Boudou. Scolari reclama que le paguen 350 mil dólares por el porcentaje de la sociedad que se dedica a la publicidad y que fue beneficiada con pauta publicitaria pagada por el Estado nacional.
Scolari pasó por Tribunales y dejó sentado que negociaba con Núñez Carmona el pago de dinero por sus acciones. No dijo nada comprometido para nadie. Sino todo lo contrario. Dijo no tener ninguna prueba de que Boudou o el resto de los imputados hubieran cometido algún delito. Algo que contradecía lo que había sugerido ante la revista Noticias cuando aseguró que podía comprometer al vicepresidente con su testimonio.
Pero luego, llamativamente, Scolari se presentó ante Lijo y pidió volver a declarar. Aquella repentina decisión de volver a hablar se leyó en Tribunales como un pequeño apriete. Como una clásica amenaza: parecía que se había empantanado la negociación entre privados por las acciones de WSM. Le fijaron audiencia para la semana pasada y Scolari presentó una excusa para ausentarse.
Entonces Lijo, según fuentes judiciales, volvió a citar a Scolari para hoy. Y aseguran esas mismas fuentes que si a las 11 no se presenta, probablemente la policía lo vaya a buscar a su casa. Porque ser testigo en una causa es una obligación, una carga pública que no puede ser evadida. Tal vez Scolari vaya a declarar y recuerde lo que quería contarle al juez. O no.
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