Candy Crush, ¿un pasatiempo o una adicción?

El popular juego no deja de sumar adeptos. Se calcula que hay 50 millones de jugadores activos y cada vez hay más consultas por este fenómeno. Las claves para determinar si el juego se convirtió en un problema

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Parece un simple e inofensivo juego con un tablero repleto de caramelos de distintas formas. Pero en poco tiempo se convirtió en uno de los pasatiempos más adictivos del momento del que todos hablan y quieren participar.

Se trata del Candy Crush Saga, un juego en el que hay que alinear las pastillas en combinaciones de tres, cuatro o cinco colores. No sólo hay trucos para superarse sino que, además, está la opción de pagar en dólares para obtener facilidades que permiten hacer más simple el recorrido de 400 niveles.

El popular y adictivo juego de Facebook que se descarga también por Apple y Android género tal revolución que se calculan alrededor de 50 millones de jugadores activos que usan parte del día para conectarse en él. Quienes participan aseguran que es adictivo y que el hecho de llevarlo encima en el celular genera aún más dependencia. ¿Realmente puede esta recreación convertirse en un problema?

"Se han realizado consultas respecto al tema de la ansiedad y adicción a los juegos y al uso de la tecnología. En nuestros centros, por TAG, trastorno de ansiedad generalizada, se derivó en el juego en un 20%", explicó Cecilia Palozzo, psicóloga especializada en la temática en el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad.

Y agregó: "Lo que manifiestan los pacientes es esta sensación de no poder dejar de jugar o estar pendiente del juego y de las personas con quienes juegan, de no poder esperar para la próxima jugada o para recibir la 'vida' que tanto necesitan para continuar. También por el hecho de jugar en cualquier lugar y momento, se sienten absortos y no registran el tiempo real que consumen jugando; una hora de juego se siente como 5 minutos, por dar un ejemplo. También no poder manejar la frustración y la rabia cuando pierden y no poder manejar la angustia que genera la impotencia de no poder concluir con un nivel determinado".

Es que el juego es hospedado por Facebook, la red social más grande del mundo, pero también está en todos los dispositivos de Apple y en Android, lo que permite que, si se deja de usar en una plataforma, se lo puede retomar en otra.


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A su vez, los jugadores no solo exponen sus resultados en Facebook sino que además pueden pedir herramientas y vidas a sus amigos de la red social. Es un juego que socializa y establece lazos de cooperación. Sumado a esto, la facilidad de obtener la aplicación en múltiples dispositivos (como en la tablet, el celular, la computadora) y el hecho de que sea gratuita fomentan aún más su popular éxito.

"En general llegan al juego a través de una invitación de un conocido o amigo por medio de Facebook o simplemente por curiosidad; todo lo que es moda y tendencia enseguida ejerce su efecto 'disparador'. Es muy fácil de jugar y muy atractivo para los sentidos; formas, colores, tableros y ver a mis amigos en el tablero, son el enganche. Por otro lado, la 'necesidad de escaparme un poco de la realidad' como un antídoto ante las preocupaciones o situaciones estresantes", añadió la especialista.

Por su parte, la doctora en psicología Mónica Cruppi (MN 6988) y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) consideró que si bien el juego posee características atractivas, depende del sujeto, sus rasgos y estructuras de personalidad para que adquiera carácter adictivo. "La adicción es una  exacerbación, una necesidad incontrolable, una compulsión hacia, en este caso, 'el juego'. Cuando un acto placentero se intensifica y se convierte en compulsivo, deja de satisfacer el verdadero deseo y  el impulso ya no puede ser controlado. Lo que en principio era goce termina en angustia y depresión. Es una variable del trastorno obsesivo-compulsivo", aseguró.

"El juego en el adulto, además de ser una actividad social y  placentera, opera también como un calmante, un modo defensivo, una táctica para enfrentar el estrés cotidiano, los ratos de espera y los momentos difíciles de la vida. En este sentido, el juego resulta catártico ya que permite expresar una variedad de situaciones emocionales. Transcurre en un mundo intermedio que no es exactamente ni interno ni externo, lo pone al sujeto en otra realidad", relató Cruppi.

También explicó que los proclives a caer en esto son las personalidades con rasgos obsesivos compulsivos, aquellas que son ansiosas y con dificultades en el aspecto social, sujetos aislados y que invierten gran cantidad de tiempo en la red en actividades no orientadas a un objetivo particular. "Algunos buscan en la red un refugio, un alivio, una solución de evasión frente a sus problemas. Las personas más vulnerables según los estudios realizados son: los introvertidos, con escasa vida social, y de familias disfuncionales", concluyó.

Cómo evitar la adicción

- Cuando la ansiedad comienza a ser marcada y persistente, generando sintomatología, entonces estamos frente a un trastorno de ansiedad que debe ser tratado.

- El tratamiento de enfoque cognitivo-comportamental es el que resulta de mayor eficacia.

- El poder establecer un límite, poder diversificar la manera de ocupar el tiempo en momentos de ocio, incrementar la actividad física y recreativa son los primeros pasos fundamentales para ubicar este tipo de juego en el correcto lugar que debe tener en nuestra vida cotidiana.

- No menos importante son temas como el manejo de la frustración y la preocupación.