Las tres reformas de Peña Nieto para impulsar el crecimiento de México

En menos de un año el nuevo presidente lanzó fuertes medidas para renovar el sector educativo, energético y fiscal

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 Reuters 163
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En aras de dejar de ser un líder regional, para finalmente dar el salto y pasar al privilegiado lote de los países desarrollados, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, en menos de un año, ya impulsó tres fuertes reformas: la reforma educativa, energética y fiscal.

Tal vez la más esperada por la población mexicana fue la primera, impulsada por el titular del Poder Ejecutivo. El pasado 14 de septiembre, día del Bicentenario de México, el líder del PRI destacó la implementación de estas medidas y aseguró que con ellas busca "combatir la desigualdad".

"La reforma educativa trata de recuperar la educación en México, que está en mano de los sindicatos, quienes básicamente son dueños de las plazas para dar clase. Eso implica que esas plazas las pueden heredar de una generación a otra, independientemente de sus facultades", explica el economista mexicano Jorge Suárez Vélez en diálogo con Infobae.

A su vez, el autor del libro "Ahora o Nunca, la gran oportunidad de México para crecer" asegura que, a través de esta reforma, es vital "tratar que el presupuesto de México, que es verdaderamente alto, vaya a donde debe dar que es pagar por educación de alta calidad para los jóvenes mexicanos". Y agregó: "Hay un enorme desperdicio, despilfarro, y una enorme cantidad de plazas que son ocupadas por personas que tienen simplemente funciones sindicales".

Por eso, Peña Nieto intenta intenta darle un cambio drástico al sistema educativo, imprimiéndole una mayor regulación a los ascensos de los maestros, así como también garantizar el cumplimiento de las normas por parte de los profesores sindicalizados.

En esa línea, ¿cuáles son los principales puntos que se buscan atacar con esta reforma?:

- Se creará el Sistema de Servicio Profesional Docente, a través del cual se busca establecer los términos para el ingreso, la promoción y la permanencia en el servicio. Los criterios que se tomarán en cuenta para determinar una promoción corresponderán pura y exclusivamente al mérito y a la preparación de cada maestro.

De esta manera, con la creación de este Sistema se busca terminar con el exclusivo manejo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el cual determina plazas y salarios, entre otros aspectos, para darle una mayor autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

- La evaluación será obligatoria para todos los maestros. A su vez, a raíz del lamentable registro que arrojó la última evaluación nacional que se realizó, que fue reprobada por el 75% de los docentes, aquel profesor que no pase el examen deberá dejar el cargo.

- Se buscará, además, crear escuelas "dignas" y de tiempo completo con criterios de calidad, equidad y autonomía de gestión. Es decir, lo que se impulsará es que cada establecimiento cuente con los recursos necesarios para llevar adelante mejoras en términos de infraestructura, materiales didácticos y equipamiento.

- "Es insólito que no sepamos cuántas escuelas y cuántos maestros en activo tenemos hoy en día. Así, se revelará más claramente la situación infraestructural de las escuelas, y el secreto de cuántos comisionados, como se les llama, existen". Así se refirió el secretario de Eduación, Emilio Chuayffet, ante la falta de un censo regulatorio. Por eso, con esta reforma se crea el Sistema de Información y Gestión Educativa, que busca realizar un censo de escuelas, profesores y alumnos con el objetivo de corroborar datos.

"Este es un largo camino que, si todo funciona de maravillas, empezaría a dar algo de rédito quizás dentro de 15 o 20 años. Pero ciertamente es un camino que hay que empezar a recorrer", completa Suárez Vélez.

En menos de un año el nuevo presidente lanzó fuertes medidas para renovar el sector educativo, energético y fiscal

Una reforma que tardó en llegar 75 años

Otro de los sectores que el presidente mexicano intenta "reformar" es el energético. En el mes de agosto Peña Nieto presentó una propuesta con el objetivo de confirmar la propiedad de la Nación sobre los recursos energéticos, pero al mismo tiempo levantando la prohibición de inversiones privadas. Para eso, se propone reformar el artículo 27 de la Constitución para permitir la firma de contratos entre Pemex –principal petrolera del país- y capitales extranjeros.

A su vez, también se busca modificar el artículo 28 para excluir al petróleo, los hidrocarburos y la electricidad de la lista de servicios del Estado que no se consideran monopolios, y así abrir esos sectores a la participación privada.

"Con la reforma energética se trata de fortalecer a Pemex, no es una privatización como se ha dicho por parte de la izquierda mexicana. Es una forma de lideralizar e impulsar el sector energético en México", aseguró el economista mexicano.

Sin embargo, Suárez Vélez hace hincapié en los problemas que sufre hoy en día la petrolera mexicana, y que se buscan subsanar con esta reforma: "Pemex tiene una situación muy complicada. La gran mayoría de los ingresos que recibe se los da al Gobierno como ingresos fiscales, tiene mínimas posibilidades para reinvertir en utilidades, pero tal vez lo más complicado de todo es que el petróleo fácil en México se acabó".

Con esta reforma, que representa la mayor apertura energética desde la nacionalización del sector en 1938, se busca seducir a capitales privados para incentivar la producción petrolera que permanece estancada desde hace tiempo tras caer un 24% desde 2004.

"La reforma energética se está dando básicamente para permitir la participación de estas empresas internacionales en México, y que puedan compartir utilidades con Pemex en los proyectos que van a desarrollar", sintetiza el economista y autor mexicano.

Una reforma para potenciar económicamente a México 

Otra medida que constituye el paquete de reformas impuesto por Peña Nieto es la fiscal, que busca cumplir con tres objetivos principales: crear una nueva red de protección social universal que nos permita migrar de un enfoque asistencialista a uno de exigibilidad de derechos; establecer un sistema tributario más justo, más simple, más progresivo y más transparente; y, ejercer un impulso al crecimiento económico. 

En tanto, sobre la reforma para la seguridad social, el presidente mexicano apunta a una red de protección social, que garantice un ingreso básico a los mexicanos durante la vejez, así como también un acceso efectivo a servicios de salud. 

Jorge Suárez Vélez, en tanto, señala dos cuestiones que hoy en día preocupan al país en materia fiscal. 

"Se está proponiendo hacer un sistema de pensiones vitalicias y hacer un sistema de seguros de desempleos, en un país donde hay un costo alto por despedir a un trabajador, lo cual hace que sea un sistema laboral muy rígido y poco competitivo y que estimula mucho la informalidad en la economía", enseña el economista.

Y agrega: "El otro tema que es preocupante, es que México por mucho tiempo ha sido un país con extraordinaria disciplina fiscal independientemente de qué partido estuviera en el poder; se han mantenido déficits fiscales muy bajos y deuda muy baja, y ahora se está proponiendo incrementar el déficit fiscal de alrededor de 1% a 2,5% como una forma de estimular la economía".

¿El inicio del camino hacia el desarrollo?

Mientras México intenta quitarse el cartel de "principal exportador de Estados Unidos", para finalmente llegar al lote de los "desarrollados", el presidente Enrique Peña Nieto impulsa lo que para muchos, será uno de los paquetes de reformas más grandes e históricos del país.

Suárez Vélez, por su parte, sostiene que para que México llegue a ser un país desarrollado "falta mucho" y que sería "un poco irresponsable" hablar de eso, cuando "una gran parte de la población en México todavía está profundamente marginada".

Sin embargo, y tal como lo expone en su libro, el economista y autor asegura que, a pesar de esto último, México está ante una gran oportunidad.