Un hombre ejecutó a su hija al grito de "Alá es grande"

Una mujer fue asesinada en Afganistán ante una multitud que la acusaba de haber sido infiel a su esposo. El líder espiritual del grupo le achacaba ser la causa de que no lloviera desde hacía meses

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Abdul Ghafur, que ahora se encuentra recluido en la cárcel de Qala-e-now, está acusado de ordenar la muerte de Halima el pasado 22 de abril en un distrito al noroeste de Afganistán. "Yo estaba allí cuando la mataron, pero también había mucha otra gente", se defiende el líder espiritual del grupo que avaló que el padre de la joven le pegara dos tiros con total impunidad.

"De verdad, yo no hice nada. Si el propio gobierno afgano no puede controlar a su población, ¿cómo voy a controlar yo a la gente?", señaló el mulá para quitarse de encima cualquier responsabilidad sobre lo ocurrido, a pesar de que es uno de los intelectuales más importantes de la región. La policía lo detuvo el pasado 30 de julio.

"En Afganistán, si un mulá dice que una pared blanca es negra, la gente le cree", explicó Najiba Faez, responsable de los proyectos de género en Badghis de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID), según un artículo del diario El Mundo.

El video muestra cómo Halima es ejecutada con gritos de "Dios es grande", después de que diversos religiosos defendieran matarla por el bien de la comunidad. Achacaban a la joven y a su comportamiento "inmoral" que no lloviera en el distrito desde hacía meses. Y justificaban no entregarla a la Justicia debido a la corrupción del gobierno afgano. "Entrará a la cárcel por una puerta y saldrá por otra", explicaban.

Halima fue acusada de huir de casa con otro hombre cuando su marido estaba en Irán. Nadie puede demostrar que haya mantenido relaciones sexuales con él, pero sí que se ausentó de casa durante dos días.

Sus familiares, los de su esposo y vecinos del pueblo la buscaron como si se tratara de una cacería. El supuesto amante huyó en motocicleta y la dejó atrás, abandonada en un monte.

"Estuvo quince días con su familia y después los líderes de la comunidad decidieron que había que ejecutarla", relata el mulá Abdul Ghafur, que asegura que la familia del esposo estableció que su propio padre la matara.