El nuevo poema de Orlando Barone contra las "balas de tinta"

El periodista publicó una columna de opinión en la cual hace suya la frase utilizada por Cristina Kirchner durante un discurso realizado la semana pasada en un acto en Berazategui

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 Télam 162
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"Hay balas de tinta que intentan derrocar gobiernos populares", declaró Cristina Kirchner al encabezar un acto en Berazategui el jueves pasado. Este lunes, el periodista tomó la frase y bajo el título "Tintoreritos" publicó una columna de opinión en el portal Diario Registrado.

El texto completo:


Aunque sus deseos serían
que las balas fueran
de plomo, se excitan
disparando balas
de tinta
y esperan con regocijo
las consecuencias.

Los tintoreritos
tiñen, enturbian
y oscurecen la vida de
quienes viven leyéndolos
y escuchándolos
empujados por la inercia del hábito
que los sujeta a la amarra
y que les desgana la voluntad
y la "involuntariza".

Los periodistas dominantes,
de los medios dominantes,
del grupo dominante
se arrogan el uso dominante
de la fuerza crítica  
amparados
en la omnipotencia
de representar el rating
de los ciudadanos.

Y actúan como impostores
neutrales
para públicos perdidos
en el atávico aplauso
a quienes los engañan.

También  los aplauden
líderes partidarios
que con tal de ser movidos
por el titiritero
renuncian al "yo"
y van cambiando de ritmo
al compás ideológico
de las mudanzas.

Dudoso  ejercicio la metralla
periodística,
que en la Argentina actual
fertiliza en golpistas
corporativos
y en intrigantes
consentidos por la fama
y el rango de contratos
que premian prósperamente
sus servicios subterráneos
como si fueran los más altos.

Tanto ataque entintado
de televisión, de radio,
de diarios, de cacerola
y de agenda dominante
forma parte de la "gran escala"
exigida por un grupo
de comunicación
tentacular, polimorfo,
anfibio, satelital
y "cautelarístico"
para expandir su cacería
contra el Estado
insolentemente popular
que no se amolda
a la resignación política.

Los tintoreritos, presumidos,
se permiten diagnosticarles
síndromes a otros.

Siendo que ellos padecen
de despatriotismo,
de rémoras cipayas
y de claudicación colectiva.

Sin vergüenza cargan
esa deshonra
con  falsa honra inexplicable.

No obstante  
ya hay partes de la vida
Argentina fortificadas
a las que el estruendo
de las balas de tinta
llega debilitado e inocuo.

Casi idiotizado
por su origen opositor
recurrente.

Claro que es cierto el fin de ciclo.


Y será celebrado democrática
y jurídicamente. Y justicieramente.
El fin de ciclo del dominio balístico
de los tintoreritos
y el paulatino desarme
de sus instigadores.