Divorcio a los 50: cómo es empezar de cero en la mitad de la vida

Tanto si es consensuado como si la decisión surge de uno de los miembros de la pareja, separarse siempre implica enfrentarse a una nueva vida para la que casi nunca se está listo. Una especialista contó a Infobae cómo viven hombres y mujeres este duelo

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El divorcio a cualquier edad es doloroso, instala una herida profunda en el narcisismo personal y a los 50, además, puede estar relacionado con una de las llamadas crisis vitales: la de la mitad de la vida. Durante la misma, la persona se replantea la trayectoria de  su vida en relación a sus ideales, valores y creencias además de proyectar nuevos rumbos para su vida.

De todas maneras, si bien tanto las mujeres como los hombres atraviesan los duelos que trae aparejados una separación, cada uno lo hace a su manera, como todo.

Para saber cómo es el amor en esa etapa de la vida, qué rol juega la autoestima y si es posible "volver al ruedo" después del divorcio a esa edad, Infobae consultó a la doctora en Psicología Mónica Cruppi (MN 6988), quien es miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) e investigadora en temas de pareja y familia.

Cómo lo viven ellas

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Una mujer tiene 50 años y su matrimonio naufragó. ¿La sensación es que se le cae el mundo encima?

Algunas suelen tener ese sentimiento (al igual que los hombres en la misma situación). "Pero en realidad el mundo conocido hasta ese momento se desvaneció dando lugar a la incertidumbre que tiene lo desconocido", explicó Cruppi, quien diferenció que "la sensación de que se cae el mundo depende del tipo de divorcio. Si es conflictivo o destructivo, esta sensación se agudiza, y también pasa cuando son dejadas y el marido se va con otra mujer. Ahí la angustia se hace insoportable".

Muchos estudios realizados señalan que, además, la mujer debe enfrentarse con una situación económica que suele verse deteriorada.

"Después de veinte y tantos años de compartir la vida con su marido y tal vez los hijos ya hayan hecho la suya, muchas mujeres suelen preguntarse ¿por qué a mí?", aseguró la especialista, quien, como en casi todos los órdenes de la vida, recomendó que el interrogante debería ser "¿por qué a mí no?".

Es que –según ella– "somos seres humanos y nada de lo humano nos es ajeno". "Con tanto movimiento social, un universo tan complejo y cambiante que a veces no logramos comprender y con tanta incertidumbre, ¿por qué no habría de pasarnos? ¿Qué nos hace pensar que estaríamos libres de esta posibilidad? Vivimos de manera tan acelerada, abrumados por responsabilidades, preocupándonos por el día a día, que nos olvidamos de darle tiempo a nuestra vida afectiva".

Ahora, cuando ya no hay vuelta atrás y está dada la última palabra, la autoestima femenina baja a los infiernos y los interrogantes afloran uno tras otro: ¿cómo se puede volver al ruedo después del divorcio a esa edad? ¿Suelen buscar hombres más jóvenes? ¿Cómo es el amor a esa edad?

Los recursos para enfrentar la soledad difieren en hombres y mujeres.

"Ellas emplean estrategias que centran su atención en la problemática y recurren a las redes sociales, hablan con amigos, consultan terapeutas, retoman estudios, mejoran laboralmente, se  informan, viajan, hacen vida familiar", describió Cruppi, y resaltó: "Las mujeres parecen ser más resilientes y con un poder de adaptación mayor. Se sostienen con el trabajo, los hijos, la vida social, etc.".

En relación al sexo y al amor suelen darse más permisos y se sienten más libres. La especialista apuntó que "algunas suelen buscar hombres más jóvenes por el rendimiento sexual y para sostener una relación de menor  compromiso".

Qué les pasa a ellos

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Partiendo de la base de que ambos miembros de una pareja atraviesan el duelo que implica un divorcio, que es de por sí una situación sumamente dolorosa, Cruppi destacó que "si bien depende de la persona que sea un dolor patológico y la duración, hay que pasar el duelo".

Tras asegurar que "un divorcio siempre implica una elección de la pareja por sobre el orden familiar", la especialista destacó que en el hombre aparecen, además de las sensaciones de tristeza, estrés, culpa, ansiedad, que son compartidas con su compañera, "la idea de fracaso, desgano, de que jamás va a poder superar esta pérdida y el agobio ante la nueva vida".

"Una de las cosas que más complican la situación del hombre es si hay hijos, el no poder compartir el techo con ellos. Aunque eso depende de la edad de los hijos, si aún viven en la misma casa la situación es más dolorosa, a lo que se le suma, si el divorcio no fue en buenos términos, la lucha por lo económico", sintetizó Cruppi, y agregó: "Cuando la mujer se queda con los hijos, al hombre se le acrecienta el nido vacío. Los hombres se sienten solos en mayor grado e intensidad que las mujeres".

Lo que ambos tienen que entender es que el divorcio es un camino elegido para estar mejor. "Una vez que pasa el duelo, los hombres generalmente se aíslan o se refugian en el trabajo (para no retomar otros intereses o la vida social que dejaron)", destacó la especialista, quien remarcó que "cuando los hombres retoman una nueva vida empiezan a recorrerla y se los ve revitalizados, suelen hacer cosas que antes eran impensadas, como tomar clases de baile, practicar deportes no comunes, viajar, retomar carreras truncas, intereses que habían tenido pero por otras urgencias no habían podido desarrollar".

Asimismo, ellos muchas veces arman una pareja rápido que les ayude a transitar el duelo, que generalmente no prospera.

Acerca de si varía la actitud según quién tomó la decisión de separarse, Cruppi resaltó que "no reacciona de la misma manera un hombre que pensaba que tenía una familia perfecta y de un día para el otro la mujer le dijo que estaba enamorada de otra persona, que otro que venía transitando una crisis, aunque muchas veces existen mecanismos de negación que hacen que sea más difícil transitar el duelo".

Y finalizó: "Si bien en ellos la autoestima también baja, lo que predomina es el miedo a enfrentar una vida nueva sin la protección que da la familia".