Pagar los bonos en Buenos Aires no evitará que se mantenga el riesgo a un default

Será optativo para los inversores. Para resultar exitoso el país necesitará una acepción del 85% del total de la deuda en moneda extranjera. Solo de esa manera despejará chances de que un fallo negativo en Nueva York condene al país a un nuevo incumplimiento de pagos. El Gobierno envía hoy al Congreso el proyecto para la reapertura del canje  

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El anuncio de la presidenta acerca de que abrirá un proceso para canjear bonos con ley extranjera por mismos títulos pero pagaderos en la Argentina, era una movida dentro de los planes oficiales. Cambiar la jurisdicción de los pagos era una alternativa que manejaron siempre en el Ministerio de Economía, teniendo en cuenta el potencial desenlace en los tribunales de Nueva York. Con las pocas chances que tiene el Gobierno de salir victorioso ante la Corte Suprema, en el Gobierno despliegan planes alternativos.


La opción de traer los pagos a Buenos Aires cumple con la condición de alejar lo más posible el poder de fuego de los fondos buitre. Haberlo hecho instalando los pagos en otras plazas como Europa hubiera sido inviable, ya que los holdouts hubieran litigado hasta llegar a ganar algún tipo de sentencia.


La alternativa de ofrecer un canje voluntario de bonos ley extranjera por los mismos bonos (en términos de moneda, plazos, cupones que paga, etc.) pero pagaderos en Buenos Aires tiene sus complicaciones. Por un lado, no despeja de ninguna manera el riesgo a un default de la deuda.


Esto es así porque el Gobierno necesitaría que al menos el 85% del total de la deuda emitida en el exterior acepte canjear esos bonos por unos idénticos pero pagados en Buenos Aires vía la Caja de Valores. Los títulos en cuestión, emitidos en los canjes de 2005 y 2010, cuentan con Cláusulas de Acción Colectiva (CAC). Eso significa que llegado a un porcentaje de adhesión a un cambio en las normas de emisión (como es la jurisdicción de los pagos), que es del 85%, automáticamente el 15% está obligado a aceptar esas nuevas condiciones.


Por el contrario, si el nivel de adhesión a las nuevas condiciones es menor, como se cree ya que pocos querrán estar amparados bajo la ley argentina, el riesgo a un default se mantendrá. Por ejemplo, si sólo ingresan al canje local el 50% del total, la otra mitad quedará esperando si la Justicia de EEUU no traba los pagos.


Si ese fuera el caso, Argentina entraría en default del total de la deuda al no haberle pagado en tiempo y forma (sea porque no pudo girar los fondos o lo que fuese) a los que eligieron mantener la jurisdicción de los bonos en Nueva York.


Otra inquietud es que muchos bonistas del exterior son argentinos y no tienen sus inversiones declaradas. ¿Vendrán a "blanquear" su situación quedando expuestos en Caja de Valores? Posiblemente no quieran asomarse.


Así las cosas, es más que dudoso el éxito del plan oficial. Tampoco aún se conoce si la oferta de canjear títulos con ley extranjera será inmediata, o es sólo un anuncio para generar la idea de que "pase lo que pase se pagará la deuda".