El sueño opositor de presidir la Cámara de Diputados, complicado en los números

Dirigentes antikirchneristas confirmaron que intentarán quedarse con el control de la Cámara baja en diciembre si logran las bancas suficientes. Sin embargo, para eso necesitarían no sólo que el oficialismo saque menos votos que en las primarias, sino que también deberían coordinar a dirigentes enfrentados y bloques rivales

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La posibilidad comenzó a circular a principios de año en los pasillos del Congreso como un modo de convencer a Sergio Massa para que presentara su candidatura contra el kirchnerismo. Pero recién esta semana, el radical Oscar Aguad confirmó la iniciativa. Aunque sin hacer referencia al intendente de Tigre, el dirigente cordobés anticipó que la oposición intentará en diciembre unirse como en el 2009. Esta vez, no sólo para controlar las principales comisiones, sino también para quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados.

Rápidamente, el oficialismo salió a denunciar un intento de "golpe institucional" detrás del proyecto, Massa se despegó de la iniciativa y el Frente Amplio Progresista rechazó la posibilidad. Hasta el momento, de todas formas, la oposición está lejos de alcanzar el número necesario para concretar su intención: para que recién pudieran empezar a ilusionarse, el oficialismo debería perder el control de la mitad más uno de la Cámara (129 diputados) después de las elecciones legislativas.

Pero aún cuando esa situación se concretara, la oposición se vería ante la necesidad de conciliar las voluntades de dirigentes tan disímiles como los de la UCR, el peronismo disidente, el Frente Amplio Progresista, el PRO, los partidos provinciales, los monobloques y hasta el trotskismo, ya que el Frente de Izquierda podría obtener una banca si se repiten en octubre los resultados de agosto.


El quórum hoy

En estos momentos, el Frente para la Victoria (FpV) tiene oficialmente un bloque de 115 diputados. Sin embargo, cinco de ellos hace tiempo que ya no votan las iniciativas del gobierno nacional y se prevé que se alejarán de la bancada conducida por Juliana di Tullio en el recambio de diciembre. Ellos son Facundo Moyano (Buenos Aires), Oscar "Cachi" Martínez (Santa Fe), Mabel Müller (Buenos Aires), Blanca Peralta (Santa Cruz) y Jorge Yoma (La Rioja). Los dos primeros son los únicos que tienen mandato hasta 2015. Las mujeres, en cambio, quedarán fuera del recinto este año. El otrora menemista, por su parte, se alió con el PRO y es candidato en su provincia por el Frente Nuevo Pacto Federal.

A sus más que probables alejamientos se le agrega también la salida de cinco diputados misioneros, que crearán el bloque del Frente Renovador de la Concordia. De todos modos, los legisladores que responden al gobernador Maurice Closs aclararon al comunicar su decisión que seguirán aliados al oficialismo en las votaciones.

Por esos motivos, el FpV tiene entonces 105 diputados propios, a lo que debe sumarsele el respaldo de otras 24 bancas aliadas, en las que se incluyen el ya nombrado Frente Renovador de la Concordia, además de Nuevo Encuentro, el Frente Cívico por Santiago y el Movimiento Popular Neuquino, entre otros.

Entre propios y aliados, el kirchnerismo contabiliza 129 legisladores, la cifra mínima que garantiza el quórum propio en la Cámara. De ellos, 31 integrantes del FpV y otros 12 cercanos deben dejar o renovar sus bancas este año.

El quórum desde diciembre

El 10 de diciembre, cuando se produzca el recambio legislativo con los candidatos electos en los comicios legislativos, los jefes de cada bloque y las autoridades de la Cámara baja deberán negociar el reparto de cargos para los próximos dos años.

Si el kirchnerismo lograse conservar o incluso aumentar el quórum propio de 129 escaños, se aseguraría la presidencia del recinto, que hoy en día está en manos del bonaerense Julián Domínguez. Pero, llegado el caso de que no alcanzara ese número, empezarán las negociaciones.

Como primera minoría y partido gobernante, el FpV tendría aún en ese caso las mayores chances de quedarse con el puesto. Sin embargo, distintos sectores de la oposición apuestan a reeditar una versión del afamado Grupo A, la coalición de partidos opositores que en 2009 se alió para quedarse con la presidencia de las comisiones más importantes pero no pudo llegar a controlar la Cámara.

Para eso, la oposición se vería ante la difícil situación de conciliar aunque sea en una alianza transitoria no sólo los egos de dirigentes enfrentados  sino también posturas que abarcan buena parte del espectro político, yendo desde la derecha conservadora hasta la izquierda nacionalista o incluso trotskista, pasando por los socialdemócratas, la centroizquierda, los liberales y también dirigentes de movimientos sociales.

 

El reparto de bancas según las primarias

Pese a que perdió en los principales centros urbanos, si los resultados del pasado domingo 11 de agosto se repitieran en octubre, el FpV y sus aliados conservarían el quórum propio e incluso aumentarían su representación hasta las 133 bancas, debido a que tienen que renovar la magra cosecha que obtuvieron en 2009.

A partir de los 5.912.141 votos (26,31% del total) que lograron durante las primarias en todo el país, el FpV conseguiría reemplazar por 39 escaños los 31 puestos que debe renovar. A ellos deben sumarse además las 9 bancas (de 12 que deben reemplazar) que obtendrían sus aliados del Frente Cívico por Santiago (3), el Partido Justicialista en La Pampa y Salta (3), el Frente Renovador de la Concordia (1), el Movimiento Popular Fueguino (1) y el Movimiento Popular Neuquino (uno de los tres puestos que obtendría la fuerza, debido a que la lista es compartida por opositores y oficialistas).

Para recién pensar en tener chances, la oposición necesitaría que el kirchnerismo pierda en octubre al menos seis escaños respecto a los que hubiera logrado con el recuento de las primarias. Si se considerara proporcionalmente, eso implicaría que el oficialismo debería perder unos 800 mil votos de aquí a octubre, es decir, una caída del 12,5% respecto a agosto.

Sin embargo, las bancas no se distribuyen de manera proporcional a nivel nacional, sino según cada distrito de acuerdo al sistema D'Hondt. Por ejemplo, en Tierra del Fuego, los 16.547 votos logrados por el FpV le valdrían la victoria y una de las dos bancas que se ponen en juego. Con veinte veces más votos (342.921), en cambio, el Frente de Izquierda también lograría una sola banca en la provincia de Buenos Aires.

 

El panorama

Este lunes, Aguad oficializó la intención del radicalismo y las respuestas no se hicieron esperar: desde el kirchnerismo denunciaron un "golpe institucional" y otros sectores de la oposición tomaron distancia de la iniciativa.

"La intención de fondo es esa: dar un golpe institucional a la democracia", denunció la jefa del bloque oficialista, Juliana di Tullio, horas después de que se oficializara el proyecto.

En tanto, el propio Massa, que había sido seducido con la posibilidad de conducir la Cámara, señaló al diario Clarín: "Voy a ser un diputado raso. No me interesa ni la presidencia de la Cámara, ni la del bloque, ni de ninguna comisión".

A su vez, Hermes Binner, líder del Frente Amplio Progresista (tercer bloque en importancia en la Cámara baja), advirtió: "Siempre fuimos defensores de la primera minoría. La Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe está gobernada por la mayoría del oficialismo. Son cuestiones que hay que respetar y es lo que garantiza el ejercicio democrático".

Si ya los números de las urnas hacían improbable el sueño opositor de presidir el recinto, las divisiones en la oposición lo hacen imposible al día de hoy. Sólo un abrupto cambio de opiniones podría modificar la situación.