Luego de haber impulsado reformas en el Banco Vaticano, que desencadenaron la renuncia de su director, el papa Francisco dio un segundo paso en el gran programa de limpieza que está llevando adelante tras los vatileaks, que precipitaron la renuncia de Benedicto XVI.
El sumo pontífice creó este viernes una comisión para analizar las medidas a tomar para mejorar "las estructuras económico-administrativas" del Vaticano, según informó su vocero.
El equipo fue investido a través de un documento escrito por él mismo. Comenzará a trabajar a principios de agosto y presentará sus propuestas personalmente a Francisco.