"La obra pública siempre fue un foco de corrupción y sobreprecios"

Alicia López, la primera titular de la Unidad de Investigación Financiera (UIF), aseguró en diálogo con Infobae que los organismos de control están "cooptados" por el sector público

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 Adrián Escandar 162
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"Soy explosiva", advierte. Como ex titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), Alicia López no ahorra palabras para criticar aquel organismo de control del que supo ser jefa, tras las últimas denuncias periodísticas sobre presunto lavado de dinero y sobreprecios en la obra pública.

En una entrevista con Infobae, López aún sostiene que la UIF es un organismo político elegido a "dedómetro" y que los organismos de control "están cooptados por el sector público y no controlan absolutamente nada". Por su visión crítica, más de un partido quiso tentar a esta contadora con un cargo político, pero aún no lo lograron.

Quien se define como una "investigadora de raza" opina que hoy la lupa se debe poner sobre la obra pública, pues siempre "fue un foco para la corrupción y los sobreprecios". "En algunos gobiernos se pedía un porcentaje. Parece que en éste la maniobra es tener un testaferro o un amigo. Si regulo parte del gasto público, los ingresos me van a ser favorables, voy a emitir y la inflación va a bajar".

Tras una experiencia de más de 20 años en el Banco Central, tampoco limita sus críticas ante la función del organismo presidido por Mercedes Marcó del Pont y la escalada del dólar, que esta semana rozó los $10 en el mercado paralelo. "El BCRA es el órgano que por excelencia regula el mercado de cambios. No sé por qué motivo Marcó del Pont se cayó la boca y dejó que otros regularan, cuando es su facultad", dice.

-Usted había dicho en entrevistas anteriores que la UIF era un "organismo político a dedómetro". ¿Sigue sosteniendo esa frase?

Sí, la sigo sosteniendo. Yo ingresé a la UIF como representante del Banco Central después de haber rendido un concurso de exposición de antecedentes. Los que me siguieron, fueron todos puestos por el Poder Ejecutivo. Rosa Falduto fue puesta por el Ejecutivo y casi no tenía experiencia en esto. Yo la conozco hace tiempo y sé que no tiene los conocimientos técnicos necesarios para presidir el organismo. A (José) Sbatella lo conozco muy poco, pero él mismo reconoció que de esto no sabía nada.

-La UIF depende del Ministerio de Justicia. ¿Cree que debería independizarse para avanzar en investigaciones sobre lavado de dinero?

Siempre dependió del Ministerio de Justicia. Desde el primer momento yo pensaba que la UIF tenía que ser un órgano aparte, independiente. Pero también está en el que dirige el organismo: tiene que ser una persona totalmente independiente y que tenga conocimientos para poder llevar las cosas adelante, y ante una situación que pueda estar complicando al Gobierno de turno, obviamente no ceder a eso.

-Con las últimas denuncias periodísticas que salpican al poder, ¿cuál debería ser el rol de la UIF?

Una vez que se conoció el tema de la financiera SGI, de (Federico) Elaskar, la UIF tenía varios reportes de 2010 y 2011 que ya están en manos del juez. Sbatella volvió a hacer lo mismo que con el caso Schoklender: una vez que salieron a la luz las denuncias, tenía reportes de bancos desde 2010. Hoy no estoy de acuerdo con la función de querellante que logró que le dieran a Sbatella. Soy investigadora de raza, nata; quería que me dieran la función de poder investigar de oficio. Lo fui a pedir varias veces al Congreso y nadie, ni el Gobierno ni la oposición, me dio la razón en eso.

-¿Cuál es su opinión sobre la obra pública y las denuncias de sobreprecios?

El 50% del gasto público es obra pública. En algunos gobiernos se pedía un porcentaje. Ahora parece que en éste la maniobra sería tener un testaferro o tener un amigo, pero la obra pública siempre ha sido un foco para la corrupción y los sobreprecios, para construir el 30% de la obra y quedarme con todo, siempre. Entonces, si yo regulo la parte del gasto público, los ingresos me van a ser favorables, no voy a emitir tanto y la inflación va a tender a bajar.

-Esta semana, el dólar paralelo se acercó a los 10 pesos. ¿Cómo analiza el actual mercado de cambios?

Hay mucha desconfianza. Cualquier cosa que pueda suceder, el mercado paralelo es muy sensible. Los economistas dicen que es pequeño, pero no es chico. Yo ingresé al Banco Central en el 82 y el 50% iba por el canal formal y el otro 50% por el informal. Y en épocas de crisis, supera.

-Pero algunos economistas mencionan que mueve u$s30 millones diarios. ¿No coincide con esta cifra?

No, yo me refiero simplemente a lo que se mueve en depósitos de los argentinos en el exterior. Hay cifras que rondan los u$s400.000 millones, hay otras que hablan de 300.000 millones de dólares. Con que el 10% de esa cifra en físico, no en divisas, esté en el país, el mercado paralelo tiene 40.000 millones de dólares. Actúa como el mercado formal. Es una compensación a través de corresponsalía externa y a través de distintas entidades que actúan en la marginalidad; a algunas les sobra y a otras les falta.

-Muchas de las decisiones que se tomaron en torno al dólar, como el recargo del 20% para las compras con tarjeta en el exterior, partieron desde la AFIP. ¿Cómo evalúa el rol de Marcó del Pont al frente del BCRA?

El Banco Central es el que regula el mercado cambiario y desde el inicio de todo fue regulado a través de la AFIP y de (Guillermo) Moreno. Se colocó un control de cambios sin el BCRA, cuando es el órgano por excelencia en regular el mercado de cambio. No sé por qué motivo Marcó del Pont se cayó la boca y dejó que otros lo regularan cuando en realidad es su facultad de ella. Uno tiene que ponerse a pensar en Marcó del Pont antes. Era una tipa inteligentísima, que hablaba de economía seriamente.

-¿Y ahora?

Ahora no habla directamente. Tendría que pensar cuando la escuchaba hablar en otras épocas, que ha dado debates inclusive formando parte del Grupo Fénix. Si hablara y apoyara todo lo que está pasando, diría que es otro panqueque más.