No fue un día más en la historia para el fútbol argentino. El 5 de marzo de 1999, uno de los clubes más importantes del país corría serio riesgo de continuidad, según las textuales palabras de la síndico, Liliana Ripoll, quien a través de un comunicado, el día anterior, anunciaba: "Ha de dejado de existir Racing Club Asociación Civil".
La noche anterior, una masa de simpatizantes de la "Academia" –más de 2.000- se reunía en la sede social ubicada en Avellaneda, aguardando por respuestas del presidente por aquél entonces, Daniel Lalín, quien había solicitado la quiebra tiempo atrás, y anticipándose a la postura de la faja de clausura en la puerta del establecimiento. Escuetas palabras llegaron a salir de la boca del 'pope' no bien dio la cara, antes de recibir el impacto de un redoblante en su rostro, que le produjeron un corte y la rotura de sus anteojos.
Lo concreto es que la AFA decidió postergar cada uno de los compromisos válidos por ese Clausura hasta que se solucionara el asunto y por el tiempo que fuera necesario. El ex síndico
elevaba un reclamo por
y la
ordenaba la clausura del club, el cese de las actividades en el mismo y la liquidación de todos los bienes, teniendo también en cuenta el pasivo de más de
que resultaban 'impagables' en ese entonces.
Resultó fundamental el apoyo en la causa de los hinchas de Racing, quienes coparon el
, la sede y la Avenida 9 de julio en reiteradas ocasiones, dando una gran muestra de afecto por la institución.
, fecha en que estaba pactado el partido contra Talleres de Córdoba, los simpatizantes "académicos" colmaron las tribunas a pesar de que el cotejo había sido postergado. Esa fecha fue marcada a fuego en la historia,