Beijing quedó bajo una nube de contaminación

La capital de China sufre la peor toxicidad en el aire de su historia. Los habitantes llevan máscaras para poder respirar. La polución persistiría por varios días más. Vea las imágenes

Compartir
Compartir articulo
 AP 163
AP 163
 AP 163
AP 163
 AP 163
AP 163
 AP 163
AP 163
 AP 163
AP 163

La gente se negó a salir al aire libre y los edificios parecían desaparecer en el turbio horizonte de Beijing el domingo, cuando la calidad del aire en la capital notoriamente contaminada de China se disparó por encima del índice recomendable por tercer día consecutivo.

El Centro Municipal de Monitoreo Ambiental de Beijing indicó en su página en internet que la densidad de las partículas PM2.5 había superado los 700 microgramos por metro cúbico en muchas partes de la ciudad. La Organización Mundial de la Salud considera que un nivel diario seguro se ubica en 25 microgramos por metro cúbico.

      
      

Las PM2.5 son partículas pequeñas de menos de 2,5 micrómetros de tamaño, o cerca de 1/30avo del ancho promedio de un cabello humano. Pueden penetrar profundamente en los pulmones, por lo que su medición se considera un reflejo más preciso de la calidad del aire que otros métodos.

El centro recomendó que los niños y los ancianos se mantuvieran en sus hogares, y que los demás evitaran las actividades al aire libre. La Embajada de Estados Unidos también publicó los datos de PM2.5 en Twitter, e interpretó los datos de acuerdo con normas más estrictas, al igual que la cuenta @BeijingAir.

En el período de 24 horas hasta las 10 de la mañana del domingo, dijo que 18 de los valores horarios estaba "más allá de índice". El número más alto fue 755, que correspondía a una densidad de PM2.5 de 886 microgramos por metro cúbico.

      
      

El índice de calidad del aire de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos sólo llega hasta 500, y la agencia aconseja que cualquier medición mayor a 300 de lugar a una advertencia de "condiciones de emergencia", ya que probablemente afectaría a toda la población.

Si bien algunas personas prometieron quedarse en casa con purificadores de aire encendidos, las calles de Beijing todavía tenían bastante movimiento el domingo, y se veía la familiar imagen del tráfico pesado en las principales vías.