Las Fuerzas Especiales del Ejército de México ofrecieron un curso a fotógrafos y reporteros para que aprendan un protocolo mínimo de seguridad en escenarios de violencia como una hipotética balacera entre oficiales y sicarios, como las que se registran casi a diario en el país.
"¡Cuidado!, un movimiento en falso puede costarles la vida", advirtió un oficial durante la instrucción.
"El curso fue interesante porque a veces llegamos a los operativos o enfrentamientos y para protegernos solo actuamos por instinto y, ahora me doy cuenta, que era la forma equivocada", comentó Karla Tejada, fotógrafa del diario Excélsior.
Tejada se inició como reportera gráfica en 1997 en Acapulco, pero hace poco decidió mudarse a Ciudad de México tras las amenazas de narcotraficantes contra los trabajadores del medio en el que trabajaba.
Los militares "nos enseñaron cuáles son los puntos más seguros para resguardarnos en una balacera. Por ejemplo, si estás cerca de un auto lo mejor es ubicarse al lado de las llantas, o debajo del auto, nunca detrás de éste", explicó la fotógrafa de 33 años.
Un mando de las Fuerzas Especiales -que prefirió guardar el anonimato- explicó a los comunicadores que, en caso que haya un militar en la escena, deberían permanecer detrás del uniformado y documentar la escena observando por encima del hombro del soldado.
"De lo contrario entorpecerán la reacción del militar y puede costarles a ambos la vida", advirtió.
Una veintena de periodistas también fue entrenada para disparar con un rifle electrónico en una base de Temamatla, estado de México.
Los militares recomendaron a los periodistas hacerse unas preguntas básicas antes de arriesgar sus vidas, como "¿Vale la pena esta cobertura?, ¿podría sucederme algo?", y sobre todo poner distancia ante el conflicto para evitar decisiones tomadas de forma emocional.
Simulacros de liberación de rehenes, de balaceras y primeros auxilios también formaron parte del breve curso.
El Ejército mexicano ha desarrollado estos cursos rápidos desde hace seis meses con la intención de que la prensa entienda mejor la dinámica de la ofensiva antidroga y las medidas de seguridad que deben tomar para las coberturas en el terreno.
La lucha antidroga desplegada por el presidente Felipe Calderón en diciembre de 2006. En los últimos seis años alrededor de 60.000 personas han muerto en enfrentamientos entre narcotraficantes, muchas de ellas menores de edad y personas ajenas al crimen organizado.
En Temamatla, los mandos argumentaron que durante las operaciones de alto impacto siempre se respetan los derechos humanos de los civiles.
Según organizaciones de libertad de prensa, México es uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico. Cifras de la estatal Comisión Nacional de Derechos Humanos demuestran que desde 2000 han sido asesinados 82 periodistas y 15 comunicadores han desaparecido.