En fotos, los inventos más ridículos

El listado de los artículos más llamativos que han salido al mercado incluye pelabananas, tazas que revuelven su contenido y un aparato para ponerse los calcetines

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Pero eso no es todo, el periódico inglés Daily Mail publicó una lista de los productos más extraños alguna vez creados. La comodidad que busca el hombre para hacer algunas tareas que no le gustan llevó a que el ingenio humano desarrolle mercaderías de lo más insólitas.

      
      

Muchos sueñan con tener los abdominales marcados. Cuando llega el verano, debería verse el resultado del ejercicio durante el año. Pero si uno no cuenta con tiempo para ir al gimnasio o simplemente no le gusta,

puede comprar el AB Hancer, que promete "marcar" los músculos abdominales en apenas seis segundos.

También hay un dispositivo que permite pelar una banana sin ensuciarse las manos.

      

Hay gente que detesta ponerse los soquetes. Y a primera hora de la mañana, la modorra puede vencer a más de uno. Por eso, existe

el vestidor de pies Stomp

, que permite colocarse los calcetines en cuestión de segundos y con un mínimo esfuerzo.

      
      

Es habitual que la salsa de la pasta manche a chicos y a grandes. Pero el

Twirling Spaghetti Form

hace que enrollar los fideos sea limpio y seguro para la ropa.

Por otro lado, si no le gusta estirar la cama, puede comprar una que lo haga por usted.

      

Una de las tareas más sencillas para cualquier cocinero principiante es la de realizar un huevo duro. Pero hay quienes no cuentan con el tiempo necesario ni tienen ganas de aprender a hacerlo. Para ellos existe el

Egg-land’s Best, que ya viene con seis huevos cocidos.
      
      

Suele suceder que en la oficina no es sencillo encontrar los utensilios en el momento indicado. Por eso, si se utiliza la

Self Stirring Mug ya no se precisará cuchara.

Primero el café o el cacao, después la leche o el agua y la taza revuelve sola la infusión elegida.

      
      

También se destaca una

silla para lectura, un vaso que gira la bocha de helado, calzado hogareño

que permite lustrar los pisos y un pingüino que introduce en la taza el saquito de té.