Clubes cada vez más pobres, empresarios cada vez más ricos

La AFIP investigación irregularidades en las transferencias de los futbolistas: mientras los clubes tratan de reforzarse a bajos costos, los intermediarios hacen grandes negocios con los servicios de los futbolistas. ¿Quién se lleva el dinero del fútbol?

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 Walter Silva (fotomontaje) 162
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"Se sospecha que se llevó a cabo una maniobra de opacidad fiscal que permitiría ocultar los verdaderos valores de la transacción así como los intervinientes en la misma", dice el comunicado de la AFIP sobre la investigación que inició en diferentes clubes del fútbol argentino.

A partir del cierre del libro de pases, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) puso los ojos sobre las transferencias de algunos futbolistas –serían más de 40, siendo el caso de Jonathan Botinelli e Ignacio Piatti los principales- que quedaron libres en anteriores equipos y llegaron a sus nuevos destinos provenientes de Chile o Uruguay.


En el caso de Bottinelli, el defensor finalizó su vínculo con San Lorenzo y fue comprado por River, pero en el medio (poco más de un mes) fue inscripto en Unión San Felipe de Chile. La transferencia se realizó por un monto de U$S 1,7 millones, "el contrato prevé una transferencia de fondos a un banco ubicado en Miami", dice la AFIP.

"Asimismo se investiga que Unión San Felipe podría tener lazos comerciales con firmas constituidas en las Islas Vírgenes", agregaron del organismo.

Vicente Celio, ex presidente de Chacarita y actual titular de Sud América de Uruguay –un club de segunda división de donde proviene la ficha de Ignacio Piati, entre otros-, explicó en una entrevista con el diario deportivo Olé que no se trata de una triangulación sino de un resguardo del derecho federativo.

"Los jugadores que pertenecen a grupos empresarios tienen que ser anotados en un club, porque las personas no pueden tener sus derechos federativos. Y como en Argentina no se pueden lo hacen acá", dijo el empresario a Olé y agregó que esto representa un ingreso de dinero –el principal- en un lugar donde no hay derechos de televisación, por ejemplo.


Celio señaló que además algunas veces se compra una parte de los jugadores y se asocian en la transferencia, que es "algo normal". Un relevamiento de los boletines del Registro de Jugadores de la AFA informó que hubo 35 triangulaciones en 2012. 

Si bien recién ahora la AFIP inició una investigación, esta práctica es común y todas las transacciones tienen un rasgo similar: los representantes argentinos anotan a sus futbolistas en clubes chilenos o uruguayos, lo que les valió a los intermediarios el apodo de "Los Celestes".

Estas maniobras, además de ser una forma de lavado de dinero, implica la elusión de impuestos, por lo cual se pagan sumas fiscales menores a las que les corresponderían, tanto los futbolistas como los clubes.

La actividad de los representantes está regulada por la FIFA, que los define como "persona física que, mediando el cobro de honorarios, presenta jugadores a un club con objeto de negociar o renegociar un contrato de trabajo o presenta a dos clubes entre sí con objeto de suscribir un contrato de transferencia, de acuerdo con las disposiciones del presente reglamento".

Para poder desempeñar esta actividad es necesario tener una licencia expendida por la asociación del país en cuestión, que se obtiene mediante la aprobación de determinados requisitos y un examen, todo bajo tutela de la FIFA.

Peñarol de Rafaela, un nuevo rico


Un caso emblemático de este tipo de transacciones es el pase de Jonathan Santana de River a Wolfsburgo de Alemania en 2006. Pero el jugador pasó en el medio por Club Atlético Peñarol de Rafaela, donde el representante del futbolista en ese momento, Marcelo Simonian, anotaba a muchos de sus representados.

El club teutón realizó una demanda por un supuesto porcentaje que cobró en la transferencia. La FIFA le impuso una multa de unos 60 mil dólares y la quita de seis puntos al club santafesino.

Como Simonian dejó de trabajar con Santana, el reclamo recayó en el club. Desde las entidad explicaron Santana nunca estuvo anotado allí, ni en la liga. En caso de no cumplir con la pena impuesta, la entidad podría sufrir la desafiliación.

Los números

En Argentina, por una transferencia de futbolista se paga el 24,5%. Un 15% para el jugador, 7% para la AFIP, 2% para la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), 0,5% para Agremiados.

Si el jugador llegara con el pase libre sólo le pagarían el contrato. En cambio, si ficha a través de un club, le pagan el contrato y también el préstamo, en este paso intervienen los clubes uruguayos.

Por ese servicio cobra el 10% de lo que valga el préstamo; el 90% restante se reparte entre el jugador y el empresario que lo maneja.

En Uruguay, en cambio, se debe abonar un 12% por el IRAE (Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas) y un 0,5% a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que destina ese dinero al desarrollo de las selecciones juveniles.