:quality(85)/arc-anglerfish-arc2-prod-infobae.s3.amazonaws.com/public/TPBDTU3SERGUNEU4TEHVCZTNJY 420w)
La familia Coronel se había congregado en la mañana del martes en el cementerio de Mistol Pozo, 180 kilómetros al sudeste de la capital santiagueña, para despedir a Estela de Olivera, de 84 años, fallecida el sábado en la ciudad de Rosario.
Al abrir uno de los nichos nuevos del cementerio para colocar el féretro, miles de abejas que habían armado allí su colmena salieron y picaron a los deudos. En la ceremonia, participaban unas 25 personas, de las cuales 10 sufrieron las consecuencias de distinta gravedad. Uno de ellos, Hilario Coronel, de 63 años, murió 12 minutos después de ser atacado. En tanto, uno de los once hijos de la fallecida, Osvaldo Olivera, quedó internado en un hospital de Colonia Dora.
La familia huyó del cementerio y el cajón de la octogenaria quedó allí, a resguardo del personal de la necrópolis municipal. Efectivos policiales que concurrieron en la tarde del martes al lugar para verificar las denuncias por la muerte de Coronel también fueron atacados por las abejas.
Ante ello, la jueza de Añatuya Gladis Liliana Lami ordenó a los bomberos que fumigaran el nicho para sacar a las abejas y facilitar la labor policial. Éstos fueron asistidos por especialistas en apicultura, que lograron espantar a los insectos con humo y retiraron la colmena para que no vuelvan a instalar allí su nido.
En la mañana del jueves la familia pudo concretar las inhumaciones de Olivera y Coronel.