Las declaraciones que el presidente Barack Obama había formulado el viernes, en las cuales se reconocía un presunto respaldo a la construcción de una mezquita a pocos metros del área afectada por el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cosecharon cuestionamientos entre familiares de las víctimas y sectores políticos.
Sin embargo, este sábado el mandatario aclaró que no se había manifestado a favor del proyecto, sino que se había referido a los derechos que tenían los ciudadanos para llevarlo a cabo.
"No he comentando y no comentaré nada acerca de si me parece prudente o no decidir que hay que poner una mezquita ahí", dijo Obama. "Estaba refiriéndome de manera específica a los derechos que disfrutan las personas en nuestro país desde nuestra fundación. De eso se trata nuestro país", agregó.
El viernes Obama había dicho: "Como ciudadano, y como presidente, creo que los musulmanes tienen el mismo derecho de practicar su religión como cualquiera en este país".
Conservadores y agrupaciones de víctimas del atentado del 11-S reaccionaron con críticas al respaldo manifestado por Obama a la construcción de la mezquita.
Un grupo privado ganó la semana pasada el derecho de demoler un edificio en Nueva York a sólo dos cuadras del sitio donde se encontraba el World Trade Center, con el objetivo de construir un edificio de 15 pisos para la mezquita y el centro cultural islámico.
Sin embargo, los familiares de las víctimas de los ataques terroristas y varios políticos se pronunciaron en contra del plan, que sostienen que es una falta de respeto a las víctimas de lo atentados, en los que murieron casi 3.000 personas.
El derecho a la libertad de culto debería ser inquebrantable, había dicho Obama el viernes. "Eso incluye el derecho de construir un lugar de culto y un centro comunitario en una propiedad privada en bajo Manhattan, de acuerdo a las leyes y ordenanzas locales".