Así empieza el seguimiento que el diario
realizó del partido aparte que jugó Marcelo Bielsa ante Brasil, que significó la eliminación de Chile del Mundial de Sudáfrica.
, siempre activo y gesticuloso durante el juego. A los diez minutos, ya está en cuclillas (su pose más distintiva) casi sobre la línea que delimita su zona de acción, al borde del campo de juego.
Pide toque al equipo y da indicaciones particulares a Humberto Suazo. Habla con el PF Luis Bonini para que le pegue un reto a Alexis Sánchez. "Chupete" Suazo estrella un tiro libre en la barrera y "El Loco" no oculta su enojo. Todo en quince minutos.
Brasil abre el marcador a los 34 minutos. Se sienta en el banco. Menos de tres minutos después Luis Fabiano marca el segundo.
Faltan cinco minutos para el entretiempo y ya está de nuevo en cuclillas. Se pone de pie, se enoja por un mal pase, habla con su ayudante Eduardo Berizzo y lamenta otra mala asistencia, esta vez de Mark González.
A los tres minutos ya da indicaciones a Jorge Valdivia, quien había ingresado al inicio del complemento. Chile queda mal parado en defensa y abandona la zona de cal, indignado. Luego se enoja porque sus jugadores pierden la pelota sin presión del rival. Bebe agua, se sienta con las piernas cruzadas y se pone de pie para hablar con Berizzo.
, pero a los pocos segundos ya está dando instrucciones nuevamente. A Millar, a Suazo, a Vidal? a todos, para que no pierdan tiempo.
Faltan seis minutos y lamenta un remate desviado de Beasejour, como si se hubiera perdido el empate. Lo mismo con otro del "Mago" Valdivia, que se va apenas por encima del travesaño. Sigue exigiendo presión a sus atacantes.
Termina el partido.