Se inscribieron más de 1.300 personas para cubrir 80 vacantes de guardiacárceles

La convocatoria del Servicio Penitenciario Bonaerense tuvo una respuesta diez veces mayor a la cantidad de personas que finalmente van a ingresar. Lo atribuyen a ?la crisis y a la necesidad de trabajo?

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Una convocatoria oficial para cubrir 80 cargos vacantes de guardiacárcel en las unidades 2º, 27º y 38º del Penal de Sierra Chica deparó una gran sorpresa para las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), debido a que se postularon más de 1.300 personas, lo que obligó a realizar riguroso proceso de selección que comenzó ayer.

Del total de puestos vacantes, sólo una decena era para personal femenino, pero entre las personas que se presentaron para conseguir el empleo 753 son mujeres, superando holgadamente a los 557 varones que ahora pugnan por ingresar.

Las inscripciones se realizaron entre el martes y el viernes de la semana pasada y cada jornada tuvo como protagonista una larga cola de personas que superó las expectativas de los propios directivos del Servicio Penitenciario.

El jefe de la institución, Fernando Díaz, dijo que ?la convocatoria supera en diez veces la cantidad de personas que finalmente van a ingresar?, y -según publica el diario Hoy de la ciudad de La Plata- atribuyó dicho fenómeno a ?una diversidad de factores? en la que ?la realidad económica es la de mayor peso?.

De hecho, muchos interesados tienen ya trabajo, hasta hay oficiales de las Fuerzas Armadas y de todas maneras intentan ingresar al SPB.
Guardiacárcel sí, policía no 
Sin embargo esta masiva inscripción es la contracara de lo que sucede con la policía de la Provincia de Buenos Aires, y el ministerio de Seguridad tiene cada vez mayores dificultades para encontrar interesados en capacitarse para garantizar la seguridad pública.

Este fenómeno suele atribuirse a la gran cantidad de efectivos asesinados en los últimos tiempos, como también a las malas condiciones laborales, salariales y de equipamiento de la mayor parte de los policías bonaerenses.

Si bien el trabajo penitenciario no ofrece mejores condiciones, la diferencia fundamental es que al menos no obliga a arriesgar la vida en cada jornada al enfrentarse en las calles con delincuentes.