Bergoglio presidió misa para prostitutas e indocumentados

El arzobispo de Buenos Aires encabezó una misa para inmigrantes indocumentados, mujeres en situación de prostitución, víctimas de trabajo en condiciones de servidumbre y cartoneros. Denunció nuevas formas de esclavitud

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 Télam 162
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"Son cuentos chinos que la Asamblea del Año XIII abolió la esclavitud, porque hoy hay más esclavos que entonces", aseveró el cardenal Jorge Bergoglio en el santuario de Nuestra Señora de los Emigrantes, en barrio porteño de La Boca.
 
El purpurado aseguró que la sociedad protege a los tratantes de personas y denunció la explotación de los migrantes que hacen los "señores poderosos".
 
"En la Buenos Aires actual hay muchos hermanos migrantes sometidos por señores poderosos que saben bien qué manos untar", aseveró Bergoglio en una misa convocada por el arzobispado de Buenos Aires, la Cooperativa La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos, organizaciones que denunciaron casos de explotación y trata de personas en talleres textiles clandestinos y prostíbulos.
 
El momento culminante de la celebración eucarística fue cuando las organizaciones convocantes colocaron en el altar, a modo de ofrenda, una red con fotografías de mujeres secuestradas, una lámina con manos dibujadas para denunciar la trata de personas y collages alusivos realizados por hijos de trabajadores cartoneros.
 
La misa con motivo del aniversario de la Convención Internacional de los Derechos de los Trabajadores Migrantes llevó por lema "Con esperanza, denuncia y compromiso por una sociedad sin esclavos ni excluidos".
 
"Al trabajo y la preocupación de la Iglesia, queremos sumarle la tarea de las organizaciones sociales que, con otros métodos, acompañan los sufrimientos de quienes padecen esclavitud, trata o son víctimas del tráfico de drogas, que por lo general son los más pobres", explicó el padre Mario Videla, párroco del templo.
 
En tanto, Gustavo Vera, titular de la cooperativa La Alameda, dijo: "Más allá de las creencias de cada uno, hay una cuestión de fondo. Acá hay gente que acumula fortunas con la venta de drogas, con la trata de personas y prostituyéndolas".
 
Además de personas que padecen estas formas de esclavitud, participaron en la misa religiosa Oblatas y Adoratrices, que desde 1999 trabajan con mujeres en estado de prostitución y víctimas de la trata en los barrios de Constitución y Flores, respectivamente. También un grupo de sacerdotes "villeros", encabezado por el presbítero José María Di Paola, se solidarizó con este reclamó de los sectores "más desprotegidos" de la sociedad.