El movimiento secesionista Texit se fortalece ante la polarización y el descontento

La idea de una Texas independiente, impulsada por grupos políticos locales que subrayan los acuerdos internacionales que ha firmado recientemente el gobernador Greg Abbott, alimenta debates y especulaciones. Aunque la secesión es improbable, las pasiones se han desatado

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El término "Texit" cobra fuerza en el panorama político texano, insinuando la posibilidad de una independencia. (Jerome Miron-USA TODAY Sports)
El término "Texit" cobra fuerza en el panorama político texano, insinuando la posibilidad de una independencia. (Jerome Miron-USA TODAY Sports)

En el horizonte político de Texas se populariza un término que, aunque resuene con el estruendo de lo inaudito, cobra cada vez más fuerza: “Texit”. Como Brexit, pero aplicado al estado de la estrella solitaria. La posibilidad de una escisión de Texas del resto de los Estados Unidos ha pasado de ser un murmullo a una conversación audaz, especialmente después de las recientes declaraciones de Daniel Miller, el presidente del movimiento secesionista Texas Nationalist Movement, en su podcast. Miller señaló una serie de movimientos estratégicos por parte del Gobernador Greg Abbott que podrían interpretarse como preparativos para una independencia texana.

Abbott ha extendido su influencia más allá de las fronteras estadounidenses, con una serie de viajes internacionales a India, Israel y el Reino Unido, donde incluso llegó a firmar una declaración de cooperación mutua con la secretaria de Negocios y Comercio británica, Kemi Badenoch, en el emblemático 10 Downing Street de Londres. Un acuerdo de asociación económica con Finlandia y una declaración de intenciones con el ministro francés Olivier Becht refuerzan la percepción de que Texas está allanando el camino hacia una posición más autónoma en el escenario global, alimentando las especulaciones sobre un inminente Texit.

El contexto geopolítico y legal de esta maniobra es complejo y, en buena medida, tiene que ver con la postura de Texas ante la inmigración. La ley SB 4, aprobada por la Legislatura estatal y promulgada por Abbott en 2023, abrió una polémica ardiente al otorgar a la policía texana la facultad de arrestar a personas por cruzar ilegalmente la frontera desde México. Esta legislación choca con la normativa federal, según la cual la frontera es un asunto nacional y no local. La SB 4 iba a entrar en vigor a principios de marzo, pero fue discutida en los tribunales por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes.

Daniel Miller, del Texas Nationalist Movement, aboga por la secesión texana y habló en su podcast sobre recientes movimientos estratégicos del gobernador Greg Abbott.
Daniel Miller, del Texas Nationalist Movement, aboga por la secesión texana y habló en su podcast sobre recientes movimientos estratégicos del gobernador Greg Abbott.

Como resultado, la propuesta de detención y hasta seis meses de cárcel para alguien que cruce el Río Bravo ilegalmente (y de hasta 20 años en caso de reincidencia), quedó bloqueada temporalmente por un tribunal de apelaciones federal. Eso sucedió horas después de que la Corte Suprema de Estados Unidos permitiera la implementación de la SB 4. Y desató la ira entre los Texistas, que sostienen la necesidad de intervenir ante lo que consideran una inacción federal frente a la inmigración ilegal.

Este embrollo legal y político encapsula un desafío más amplio sobre los límites del poder estatal frente a las responsabilidades federales, especialmente en la delicada arena de la política de inmigración, planteando preguntas fundamentales sobre quién tiene la autoridad final para definir y aplicar las leyes que determinan quién puede entrar y permanecer en el país.

La Secretaria de Comercio y Negocios británica, Kemi Badenoch, y el Gobernador de Texas, Greg Abbott, firmaron un pacto comercial entre el Reino Unido y el estado el 13 de marzo. (Peter Nicholls/Pool via REUTERS)
La Secretaria de Comercio y Negocios británica, Kemi Badenoch, y el Gobernador de Texas, Greg Abbott, firmaron un pacto comercial entre el Reino Unido y el estado el 13 de marzo. (Peter Nicholls/Pool via REUTERS)

Estos eventos se entrelazan con la creciente expectativa de algunos texanos por una independencia estatal. En una encuesta realizada por Redfield & Wilton Strategies para Newsweek, el 23% de los texanos votaría por convertirse en “un país independiente” en un referéndum hipotético de independencia. La cifra llega al 44% cuando se menciona la actual crisis migratoria: eso les haría más propensos a apoyar la independencia, reconocieron los encuestados.

Mientras tanto, distintas voces, algunas pintorescas, se alzan para delinear visiones utópicas de una Nación de Texas.

En la primera conferencia del Texas Nationalist Movement, celebrada en el Centro de Convenciones de Waco, Claver Kamau-Imani, un predicador de Houston, compartió su visión profunda de lo que sería esa independencia. Dijo frente a aproximadamente 100 asistentes: “No tendremos impuestos ni Faucis [en referencia a Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) quien defendió una perspectiva científica durante la pandemia de covid-19], ni límites de velocidad ni carreteras con peaje. No habrá liberales, ni leyes sobre armas, ni molinos de viento ni pobres” proclamó, según lo citó The Texas Tribune.

El predicador Claver Kamau-Imani imaginó una Texas libre de impuestos, regulaciones y liberales en la conferencia del Texas Nationalist Movement.
El predicador Claver Kamau-Imani imaginó una Texas libre de impuestos, regulaciones y liberales en la conferencia del Texas Nationalist Movement.

El ambicioso sueño de Kamau-Imani también incluía el establecimiento de una moneda propia, una bolsa de valores independiente y un depósito de oro, además de grantizar “el control completo de nuestra propia política de inmigración”. Subrayó: “Vamos a ser tan ricos. Vamos a ser ricos. Va-mos-a-ser-ri-cos.” Kamau-Imani cree que el Producto Interno Bruto (PIB) de Texas podría duplicarse en un plazo de cinco a siete años tras la declaración de independencia.

La historia del anhelo de independencia de Texas es larga y parece revivir periódicamente. Desde la insurgencia del movimiento Republic of Texas en la década de los noventa, el cual argumentaba que Texas nunca fue legalmente admitido en los Estados Unidos y por lo tanto seguía siendo una nación soberana, hasta la reciente conferencia de Texit que contó con el respaldo de figuras destacadas del Partido Republicano de Texas, la idea de la independencia ha persistido en el ambiente político y cultural del estado.

Daniel Miller, fundador del Texas Nationalist Movement, es autor del libro "Texit: Why And How Texas Will Leave The Union" (Texit: Por qué y cómo saldrá Texas de los Estados Unidos).
Daniel Miller, fundador del Texas Nationalist Movement, es autor del libro "Texit: Why And How Texas Will Leave The Union" (Texit: Por qué y cómo saldrá Texas de los Estados Unidos).

Sin embargo, los expertos expresan su escepticismo. Walter Buenger, profesor de historia en la Universidad de Texas en Austin, detalló a The Texas Tribune las complicadas consecuencias legales, económicas y prácticas que tal movimiento podría desencadenar, y cuestionó la viabilidad del Texit.

Ahora el debate ha resurgido gracias a iniciativas como el Texas Nationalist Movement, fundado en 2005 por Miller, consultor tecnológico de Nederland, texano de sexta generación y autor del libro Texit: Why And How Texas Will Leave The Union (Texit: Por qué y cómo saldrá Texas de los Estados Unidos). Bajo su liderazgo, el movimiento ha buscado avanzar la causa secesionista a través de medios pacíficos, argumentando que Texas debe liberarse del control federal y de los “globalistas” que, según él y sus seguidores, limitan el potencial del estado. El argumento central de Miller es que Texas ostenta todas las características de una “nación sin estado”, similar a los kurdos en Medio Oriente, con una cultura, historia, filosofía económica y política propias, así como un territorio demarcado.

El movimiento secesionista de Miller, fundado en 2005, argumenta que Texas posee todas las características de una nación. (danielomiller.com)
El movimiento secesionista de Miller, fundado en 2005, argumenta que Texas posee todas las características de una nación. (danielomiller.com)

Por el momento, los movimientos secesionistas, aunque cargados de emotividad y fuertes declaraciones, enfrentan retos monumentales, tanto en la arena legal como en el ámbito de la opinión pública. Pero el debate sobre la independencia de Texas subraya la creciente polarización y el descontento con las instituciones federales en el estado y refleja una lucha más amplia por la identidad y el poder.

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