Detalles del asesinato de un joven empresario en Nueva York: un fraude, una sierra eléctrica y un asistente condenado

El 10 de septiembre de 2024, Tyrese Haspil, un exasistente ejecutivo, de 40 años de prisión con posibilidad de cadena perpetua por el brutal asesinato y desmembramiento de su exjefe, el empresario tecnológico Fahim Saleh. El fallo, emitido por la Corte Suprema del estado de Nueva York, marcó el cierre de un caso que conmocionó a la comunidad empresarial global y dejó a la familia de Saleh buscando justicia por el atroz crimen cometido en julio de 2020.

El fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, destacó en su declaración la magnitud del impacto que el asesinato tuvo en la familia de la víctima. “Hoy, Tyrese Haspil enfrenta las consecuencias de haber asesinado y decapitado brutalmente a Fahim Saleh, una persona generosa y amable que dejó una huella positiva en el mundo. Aunque esta sentencia no devolverá a Mr. Saleh, espero que proporcione algo de paz a su familia”, declaró Bragg. Durante el juicio, el jurado escuchó cómo Haspil robó cerca de USD 400.000 de su jefe y planificó y ejecutó su asesinato en un intento por encubrir su fraude financiero.

La sentencia fue recibida con alivio por los familiares de Saleh, quienes dieron fuertes testimonios en los tribunales. La hermana de Fahim, Rif Saleh, fue especialmente directa en su declaración, llamando a Haspil “un estafador y un asesino”. Expresó que la condena a cadena perpetua era lo único justo para alguien que “solo veía a Fahim como un signo de dólar”. Asimismo, el padre de Fahim calificó la defensa del asesinato como “repugnante”, afirmando que la familia nunca podría perdonar un crimen tan cruel.

El 13 de julio de 2020 Haspil, de 25 años en ese momento, asesinó a Saleh, de 33 años, fundador de la empresa de transporte nigeriana Gokada. Según las investigaciones, Haspil había trabajado como asistente ejecutivo de Saleh desde 2018, con acceso total a sus cuentas financieras, lo que le permitió desviar fondos de forma encubierta. Cuando Saleh descubrió que su empleado había estado robándole, decidió darle una segunda oportunidad, permitiéndole devolver el dinero en lugar de denunciarlo a la policía.

A pesar de este acto de generosidad, Haspil continuó con los robos, hasta que la suma desviada alcanzó los USD 400.000. Temeroso de que su jefe tomara acciones legales, decidió que la única forma de evitar ser descubierto por completo era matar a Saleh.

El día del asesinato, las cámaras de seguridad del edificio captaron a Haspil siguiendo a su jefe hasta el ascensor que conducía directamente al apartamento de Saleh en el Lower East Side de Manhattan. Vestido de negro y cubriendo su rostro, Haspil utilizó una pistola taser para inmovilizar a su jefe, y luego lo apuñaló repetidamente en el cuello y el torso, causándole la muerte. Haspil regresó al apartamento al día siguiente con una sierra eléctrica para desmembrar el cuerpo de Saleh, con la intención de deshacerse de las pruebas.

El asesinato salió a la luz cuando la prima de Saleh fue a visitarlo después de no haber tenido noticias de él durante más de un día. Al entrar en el apartamento, descubrió el cuerpo desmembrado y decapitado de Saleh, y de inmediato contactó a la policía. En ese momento Haspil no estaba allí, pero fue capturado días después en un Airbnb, donde había reservado una habitación para celebrar el cumpleaños de su novia.

Los investigadores revelaron que el crimen se había planeado con antelación. El historial de búsqueda en internet de Haspil incluía frases como “cuerpo desmembrado” y “CEO asesinado en Nueva York”. Además, había hecho preparativos previos, como la compra de las herramientas necesarias para cometer el asesinato y limpiar la escena.

El juicio contra Tyrese Haspil comenzó en junio de 2024, y no tardó en quedar claro el motivo financiero detrás del asesinato. A lo largo del proceso, los fiscales detallaron cómo Haspil había utilizado dos esquemas sofisticados para robar el dinero de Saleh. Uno de ellos implicaba la creación de una cuenta de PayPal falsa, mientras que el otro consistía en un fraude bancario que facilitaba la transferencia del dinero robado.

El jurado encontró a Haspil culpable de asesinato en primer grado, hurto mayor y otros cargos, por lo que fue sentenciado a una condena de entre 40 años y cadena perpetua. Durante el juicio, se produjo un momento de gran tensión cuando Haspil decidió romper el silencio y, en un giro sorprendente, solicitó al juez una condena de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, contrariamente a los argumentos de su propio abogado, quien pedía una reducción de la pena. Este gesto dejó a la sala del tribunal en shock.

Fahim Saleh fue un emprendedor respetado, conocido por su pasión por la tecnología y su deseo de mejorar la vida de los jóvenes en Nigeria. A través de Gokada, una empresa de transporte en motocicletas, buscaba transformar la industria del transporte en el país africano.