Fiscal y acusación rechazan que librero de Ciudad Real mató al intruso en legítima defensa

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Ciudad Real, 5 abr (EFE).- La fiscalía y la acusación particular de los familiares de Nelson David, que murió por dos disparos que realizó José Lomas, librero de Ciudad Real, cuando la víctima entró en su casa de campo a robar, han coincidido en que no se puede defender la tesis de que el librero actuó en legítima defensa o tuvo un miedo "insuperable".

Así lo han expresado tanto la fiscalía como la acusación particular durante la lectura de los alegatos iniciales en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, donde ha comenzado el juicio con jurado popular contra el librero, de 80 años, acusado de un delito de homicidio y para quien el fiscal pide 12 años de cárcel y la acusación particular 25 años por asesinato.

La defensa, por su parte, ha pedido la libre absolución de su cliente al considerar que actuó en legítima defensa y bajo un miedo "insuperable", porque creyó que el hombre que había entrado a robar en su casa de campo lo iba a matar con la motosierra que llevaba en sus manos.

Los hechos que han empezado a ser juzgados este viernes ocurrieron el 31 de julio de 2021, cuando el librero tenía 77 años.

El fiscal, Jesús Gil, ha explicado, precisamente, que la motosierra que llevaba Nelson David no era para atacar al librero sino para tratar de abrir unas puertas cerradas de donde quería llevarse utensilios.

Y ha asegurado que no se puede entender el miedo "insuperable" que alega la defensa porque en la llamada que realizó a la Policía Nacional para contar lo que había pasado "no se encontraba bajo un ataque después de haber matado a una persona".

El fiscal ha reconocido que la víctima cometió el delito de entrar en una propiedad privada, pero ha resaltado que en ningún caso su intención era atacar o matar al acusado sino llevarse utensilios o herramientas para vender en el mercado negro.

 El abogado de la acusación particular, Alfredo Arrién, ha mantenido que la víctima murió "agazapada y asustada" sin nada en su poder que pudiera hacer creer que iba a entrar a robar en la casa del acusado.

Ha explicado que acudió al terreno de Lomas porque esa noche tenía mucha hambre y la tarde anterior ya había entrado en el mismo lugar con la intención de coger almendras y había sido sorprendido por el propietario, que lo amenazó diciéndole que si volvía le mataría.

La acusación ha mantenido que el librero preparó esa noche dos escopetas y cuando escuchó que alguien había entrado "sin preguntar, como en el antiguo Oeste, le mató de un único tiro y se acercó unos pasos más para dispararle de nuevo por la espalda".

Para la acusación Lomas no actuó en legítima defensa y bajo un miedo insuperable sino "con ira y odio hacia el señor Nelson", mientras que el abogado defensor del acusado, Juan Manuel Lumbreras, ha afirmado que su cliente "vivió la mayor pesadilla que nadie se puede encontrar" pues tenía mucho miedo en su casa de campo y había presentado innumerables denuncias ante la policía durante años temiendo que alguien entrara en su vivienda.

El librero vivía con miedo y tapió puertas y ventanas

 El propio acusado había relatado que vivía con miedo y eso le llevó a tapiar las puertas y ventanas de su vivienda "por pánico" y que justo un día antes de los hechos había comprado unos candados porque le habían intentado robar.

Su abogado ha insistido en que su cliente no pensó en asesinar a esta persona, pero que al verle con una motosierra en las manos a una distancia de cinco metros "sintió miedo y pánico al toparse con él e intentó salvar su vida" frente a un intruso que contaba con muchos antecedentes policiales previos y con una orden de expulsión del país.

El juicio se reanudará el lunes con la declaración del acusado y de los familiares de la víctima. EFE

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