En el convulso contexto de la política catalana y tras la reciente segunda fuga de Carles Puigdemont, los Mossos d’Esquadra han vuelto al centro del debate público, no sólo por su actuación en estos acontecimientos, sino también por las condiciones laborales que los diferencian de otros cuerpos de seguridad en España. A pesar de que los requisitos para ingresar a la policía de Cataluña y a la Policía Nacional son comparables, las diferencias salariales entre ambos cuerpos revelan una disparidad que ha generado controversia.
Los aspirantes a ambos cuerpos deben pasar por procesos de selección rigurosos que incluyen pruebas físicas, psicológicas y de conocimientos, además de una formación especializada en academias respectivas. Sin embargo, al ingresar al servicio, los agentes de los Mossos d’Esquadra encuentran una estructura salarial significativamente más favorable. Este contraste es notable desde los rangos más bajos, y se acentúa a medida que los agentes ascienden en la jerarquía.
Las condiciones laborales y los incentivos financieros juegan un papel crucial en la atracción y retención de talento dentro de las fuerzas de seguridad. En este contexto, la policía catalana no sólo disfrutan de salarios más elevados, sino también de una serie de complementos que mejoran su remuneración final, lo que pone en evidencia una diferencia marcada respecto a sus colegas de la Policía Nacional.
Diferencias salariales
La disparidad salarial entre los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional es un tema recurrente en el ámbito de la seguridad pública en España. Según las últimas tablas salariales publicadas por la Generalitat de Cataluña, un agente raso percibe un salario bruto anual de 39.929 euros, mientras que un agente de la Policía Nacional recibe aproximadamente 28.000 euros al año. Esta diferencia de más de 10.000 euros se mantiene y se amplía en los rangos superiores.
En este sentido, un caporal de los Mossos gana 44.903,84 euros anuales, mientras que un sargento asciende a 49.298,86 euros. En comparación, un oficial de la Policía Nacional percibe unos 29.820 euros anuales, y un subinspector alrededor de 32.340 euros.
Los rangos más altos del cuerpo de seguridad catalán también disfrutan de sueldos significativamente más altos. Un comisario de los Mossos recibe 98.724,64 euros al año, una cifra que supera incluso el salario del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que es de 90.010 euros. En contraste, los comisarios de la Policía Nacional perciben alrededor de 36.859 euros anuales, lo que resalta aún más la diferencia en la remuneración.
Además del sueldo base, los agentes de ambos cuerpos pueden aumentar sus ingresos a través de diversos complementos. En el caso de los Mossos d’Esquadra, estos complementos incluyen pluses por destino, trienios y prorrateo de pagas extraordinarias, entre otros. Estos complementos son similares a los que se otorgan en la Policía Nacional, pero el monto final de la remuneración sigue siendo considerablemente mayor para los agentes catalanes.
Esta situación genera un debate constante sobre la equidad salarial entre los cuerpos de seguridad en España y plantea preguntas sobre la influencia de estas diferencias en la moral y la motivación de los agentes, así como en la percepción pública de su labor.